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Presidente de la Concacaf de 1990 a 2011, Warner, de 72 años, está libre bajo fianza en Trinidad y Tobago, a la espera de que en diciembre se resuelva el pedido de extradición de Estados Unidos, cuya justicia lo acusa de corrupción en la FIFA. Su adquisición de los derechos de TV regionales de los Mundiales de Sudáfrica 2010 y Brasil 2014 a un precio muy inferior al de mercado, provocó una orden de procesamiento en Suiza contra el presidente de la FIFA, Joseph Blatter.
Su alianza con Blatter se terminó cuando Warner fue acusado de recibir sobornos de Mohamed bin Hammam, el qatarí que quiso destronar a Blatter en las elecciones de 2011 y que también terminó expulsado de la FIFA. El Comité Ético lo investigó especialmente por las acusaciones de que recibió sobornos para la polémica doble votación de 2010 que asignó las Copas Mundiales de 2018 y 2022 a Rusia y Qatar, respectivamente.
Busca distraer escándalo que toca a Blatter
Jack Warner afirmó que con su suspensión, la FIFA busca distraer la atención del escándalo que salpica al presidente Blatter. “La FIFA quiere excluirme de por vida, sin ser escuchado. No creo, sin embargo, que esto sirva como una distracción a los problemas actuales de la FIFA, como la FIFA desea”, señaló el exvicepresidente de la entidad en un comunicado. “Teniendo en cuenta lo que está sucediendo en Zúrich con Blatter, supongo que esto no es una coincidencia”, agregó, aludiendo a la investigación abierta por la justicia suiza contra el máximo jerarca del fútbol mundial el pasado viernes.