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BUENOS AIRES (Enviados especiales).- “Solo me resta felicitar a los jugadores por esta gran campaña que realizaron en esta edición de la Copa Libertadores, y mis agradecimientos a ellos como entrenador. Sentimos muchísimo por la gente que nos apoyó; hay que aplaudir a los muchachos y también felicitar al presidente del club y a la directiva”, comenzó diciendo el joven técnico de Nacional, Gustavo Morínigo.
Sobre lo que le dejó esta participación en la Copa Libertadores, dijo: “Una gran satisfacción por ser el técnico de un grupo maravilloso, de un equipo que nadie de afuera creía que íbamos a llegar hasta esta instancia, y contribuir para que el club sea conocido y reconocido en todo el continente. Pero con trabajo, esfuerzo y mucha fe, fuimos logrando pasar etapas y llegamos a la final, contra todos los pronósticos, y creo que hicimos méritos para ganar el título”.
Respecto al desarrollo del encuentro, comentó: “Si no fuimos claros dominadores del partido, fuimos más que ellos por varios pasajes del partido, y creo que merecimos otro final, pero así es el fútbol, y nos vamos dolidos por no llevar a nuestro país la Copa Libertadores”.
Sobre la labor referil, del brasileño Sandro Ricci, manifestó: “La verdad que fue un poco parcialista el árbitro, y a la hora de juzgar las faltas se inclinó más hacia el local; por ejemplo, unos minutos antes de cobrar el penal de Coronel, se produjo una falta para nosotros, que estuvo por cobrar, pero no lo hizo”.
Con respecto al futuro, porque con la incorporación del técnico argentino, Hernán Lisi, se habla de que podría dejar el cargo para dirigir a una entidad del exterior, comentó: “Y vamos a ver qué pasa. Ya lo venía pensando, aparte del resultado que se iba a dar en este partido. La verdad que hace bastante tiempo que estoy en el club; ya son más de siete años que estoy en Nacional, primero como jugador y luego ya como técnico, y uno tiene que saber si tiene todavía la receptividad de ellos (jugadores), y yo creo que sí la tengo todavía, y está en mí y en ellos cambiar el chip y seguir adelante, pero siempre hay la predisposición para eso”.
Finalmente, señaló respecto a la competencia casera: “Ahora hay que pensar en cómo replantear lo que se viene. Estamos casi en medio del torneo Clausura y a días nomás de un importante y difícil compromiso ante Olimpia, y vamos a ver cómo encaramos ese juego”.
CALIENTES PUNTOS
Cerca de 30 buses repletos de hinchas llegaron desde el Paraguay para alentar al equipo tricolor en su partido frente a los sanlorenzanos. También vinieron aficionados en avión, y se sumaron los de la colectividad paraguaya. Unos 4.000 paraguayos ocuparon anoche un sector de tribunas sur. Alentaron, y al final aceptaron la derrota de Nacional.
El árbitro brasileño Sandro Ricci paró el juego a los 32 minutos por la explosión de petardos y fuegos artificiales en la tribuna de San Lorenzo. Pese al pedido, los hinchas argentinos seguían con la pirotecnia, y el juez podría haber suspendido el partido. Lo que sí es seguro es que habrá una fuerte multa por parte de la Conmebol.
Muchos comunicadores compatriotas se quejaron de las instalaciones del Nuevo Gasómetro, el estadio del San Lorenzo de Almagro, ubicado en el barrio porteño de Boedo, al consignar entre otras cosas que las cabinas de prensa eran muy chicas y por demás incómodas, por lo que tuvieron que realizar el trabajo periodístico en condiciones inadecuadas.
LAS CLAVES
1.- Nacional no supo aprovechar su momento y lo pagó caro. En el primer tiempo, cuando el equipo sanlorenzano estaba desconcertado, los jugadores no tuvieron la audacia o la jerarquía para definir el partido.
2.- El que sí tuvo jerarquía fue Néstor Ortigoza. Un futbolista paraguayo que acabó con la ilusión del equipo paraguayo. Con su experiencia, el volante central supo sacar a San Lorenzo del nerviosismo y desorden en el que navegaba en el primer tiempo.
3.- El apoyo del público local. Unos 50.000 aficionados llenaron el estadio Nuevo Gasómetro y no cesaron en alentar a su equipo. Todo en un marco de respeto hacia el rival y la hinchada visitante.