Después de muchos intentos en vanos, Sol de América se consagraba campeón oficial por primera vez en su historial al ganar el campeonato de 1986. La institución apodada en aquel entonces como el "monarca sin corona", por sus grandes campañas, que se diluían en el momento de disputar la final, por fin pudo gritar ¡Campeón!
Un cuarto de siglo atrás, en 1986, Sol de América y luego de 77 años de su fundación, se proclamaba por primera vez, campeón oficial de la entonces Liga Paraguaya de Fútbol. Aquella tarde, del domingo 9 de noviembre, en cancha de Libertad, el Danzarín de la mano del entrenador Silvio Parodi derrotaba a Atlético Colegiales, por 3-1, para tocar el cielo en uno de sus momentos más gloriosos en el balompié casero.
La mística que necesita tener todo equipo con aspiraciones campeonables, se había instalado en el Danzarín ocho años atrás, en 1978, bajo la presidencia de Luis Óscar Giagni, cuando volvió al círculo privilegiado, luego de descender en 1976 y consagrarse campeón en de la División de Ascenso en 1977. Después de la obtención de tres vicecampeonatos; dos al hilo (78 y 79) y el último en 1981, y teniendo siempre a Olimpia como rival infranqueable en las finales, por fin el equipo solense conseguía el premio a la constancia con la preciada consagración.
A principio de esa temporada, fue contratado el ya desaparecido Silvio Parodi, para guiar a la nave azul rumbo al título. La directiva comandada por los hermanos Giagni Miers, además de mantener a la mayoría de los jugadores de las temporadas pasadas, realizó importantes contrataciones con el solo objetivo de campeonar.
El arquero Adriano Ayala y el defensor Juan José Aranda arribaron de Tembetary; los volantes Hernán Valdez y Leoncio Britos vinieron de Rubio Ñu; también reforzaron el mediocampo, Pedro Sandoval (Luqueño) y Cristóbal Cubilla (Independiente de Campo Grande); para marcar goles fueron traídos, Ignacio Fernández (ex Cerro Porteño y Libertad) y Ricardo Valinotti (anteriormente en Rubio Ñu y Libertad). Mucho antes, en 1981, fue contratado Félix Torres de Nacional. También los zagueros Eugenio Pereira (River Plate), transferido esa misma temporada a Libertad, y Vicente Fariña, ex Oriental, fueron partícipes de aquella hazaña.
Igualmente descollaron en aquella consagración solense, los jugadores surgidos de la cantera de la institución como los goleros Jorge Battaglia y Carlos Colarte. También se destacaron Elías Leguizamón, Marcelino Blanco, Roberto Sánchez, Víctor Brugada, Pedro Garay, Luis Villalba, Julio César Achucarro, Teresio Centurión, Jorge Cartamán, Faustino Alonso y Francisco Velázquez, todos genuinos exponentes de las divisiones inferiores de la entidad formados por el ex guardavallas Alberto Alderete.
El sistema de los torneos en aquellos años contemplaba la realización de tres etapas y una liguilla final entre seis equipos para consagrar al campeón. La gran campaña del conjunto azul en las tres fases previas hizo que entrara a la llave definitoria con tres puntos de bonificación. A pesar de arrancar con una derrota (0-1, ante Guaraní), se recuperó logrando sendos empates ante los dos grandes (2-2 ante Cerro Porteño y 1-1 contra Olimpia) y un par de victorias, 3-1 a Libertad y el éxito ante Colegiales.
El "Tanque" Félix Torres se proclamó goleador de la temporada con 13 tantos. Jorge Cartamán con seis goles y Cristóbal Cubilla (luego campeón de la Libertadores con Olimpia) con cinco conversiones fueron otros artilleros solenses.
Perdurará en los anales de la historia solense, la personalidad y capacidad de aquel plantel, que supo capear momentos difíciles para romper casi ocho décadas de frustraciones caseras.
Un cuarto de siglo atrás, en 1986, Sol de América y luego de 77 años de su fundación, se proclamaba por primera vez, campeón oficial de la entonces Liga Paraguaya de Fútbol. Aquella tarde, del domingo 9 de noviembre, en cancha de Libertad, el Danzarín de la mano del entrenador Silvio Parodi derrotaba a Atlético Colegiales, por 3-1, para tocar el cielo en uno de sus momentos más gloriosos en el balompié casero.
La mística que necesita tener todo equipo con aspiraciones campeonables, se había instalado en el Danzarín ocho años atrás, en 1978, bajo la presidencia de Luis Óscar Giagni, cuando volvió al círculo privilegiado, luego de descender en 1976 y consagrarse campeón en de la División de Ascenso en 1977. Después de la obtención de tres vicecampeonatos; dos al hilo (78 y 79) y el último en 1981, y teniendo siempre a Olimpia como rival infranqueable en las finales, por fin el equipo solense conseguía el premio a la constancia con la preciada consagración.
A principio de esa temporada, fue contratado el ya desaparecido Silvio Parodi, para guiar a la nave azul rumbo al título. La directiva comandada por los hermanos Giagni Miers, además de mantener a la mayoría de los jugadores de las temporadas pasadas, realizó importantes contrataciones con el solo objetivo de campeonar.
El arquero Adriano Ayala y el defensor Juan José Aranda arribaron de Tembetary; los volantes Hernán Valdez y Leoncio Britos vinieron de Rubio Ñu; también reforzaron el mediocampo, Pedro Sandoval (Luqueño) y Cristóbal Cubilla (Independiente de Campo Grande); para marcar goles fueron traídos, Ignacio Fernández (ex Cerro Porteño y Libertad) y Ricardo Valinotti (anteriormente en Rubio Ñu y Libertad). Mucho antes, en 1981, fue contratado Félix Torres de Nacional. También los zagueros Eugenio Pereira (River Plate), transferido esa misma temporada a Libertad, y Vicente Fariña, ex Oriental, fueron partícipes de aquella hazaña.
Igualmente descollaron en aquella consagración solense, los jugadores surgidos de la cantera de la institución como los goleros Jorge Battaglia y Carlos Colarte. También se destacaron Elías Leguizamón, Marcelino Blanco, Roberto Sánchez, Víctor Brugada, Pedro Garay, Luis Villalba, Julio César Achucarro, Teresio Centurión, Jorge Cartamán, Faustino Alonso y Francisco Velázquez, todos genuinos exponentes de las divisiones inferiores de la entidad formados por el ex guardavallas Alberto Alderete.
El sistema de los torneos en aquellos años contemplaba la realización de tres etapas y una liguilla final entre seis equipos para consagrar al campeón. La gran campaña del conjunto azul en las tres fases previas hizo que entrara a la llave definitoria con tres puntos de bonificación. A pesar de arrancar con una derrota (0-1, ante Guaraní), se recuperó logrando sendos empates ante los dos grandes (2-2 ante Cerro Porteño y 1-1 contra Olimpia) y un par de victorias, 3-1 a Libertad y el éxito ante Colegiales.
El "Tanque" Félix Torres se proclamó goleador de la temporada con 13 tantos. Jorge Cartamán con seis goles y Cristóbal Cubilla (luego campeón de la Libertadores con Olimpia) con cinco conversiones fueron otros artilleros solenses.
Perdurará en los anales de la historia solense, la personalidad y capacidad de aquel plantel, que supo capear momentos difíciles para romper casi ocho décadas de frustraciones caseras.