Sin cédula ni identidad en el torneo

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Arrebujado en su historia y sus glorias pasadas, arropado por su patente de equipo grande del fútbol paraguayo, Olimpia se deshace a jirones partido tras partido en el campeonato Clausura tras un inicio alentador. Ayer no solamente perdió ante Libertad si no además, fue un equipo amorfo, sin ideas y falto de una identidad futbolística básica. La parte grave no solamente fue la derrota, si no haber transmitido la imagen de un equipo sin mística, sin alma. La más mínima solidaridad entre los compañeros.

La impericia dirigencial cala hondo en el ánimo del plantel. De cara el actual torneo, Olimpia sencillamente esta cosechando de acuerdo a lo que sembró.

El problema puede provenir del cuerpo técnico o la parte resolutiva que son los jugadores en la cancha. Pero el verdadero drama radica en el estamento dirigencial. Simplemente no surge una figura que pueda aglutinar voluntades y todos puedan remar a favor de la causa olimpista.

Si nos circunscribimos a la propuesta del equipo ayer, debemos convenir que "Topo" Giménez se equivocó con sus dos laterales. No están hechos aún para estos avatares. Su perfil izquierdo no existió porque no funcionó la sociedad Fleitas-Cáceres. Para colmo, ubicó a Cuevas por derecha como media punta o cuarto volante y su aporte fue exiguo.  La chapa ofensiva Ferreira-Bogado quedó divorciado del resto bien arriba. Olimpia era un equipo atomizado en los distintos sectores de la cancha.

¿Libertad? Sobrio, ordenado, respetando la figura táctica. No rompe los ojos, pero trasunta confianza. ¡Ah! Y cuenta con jugador distinto. Fresco, explosivo, con hambre de gloria. "Manu" Maciel.
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