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Fue un “10” como los de antes que llegaba al área rival desde atrás, armando jugadas y en la mayoría de las veces definiendo frente a los arcos contrarios.
Irrumpió en el firmamento azulgrana en 1967 de la mano del entrenador “paraguaio” Egidio Landolfi y a los pocos partidos ya se convirtió en referente del equipo, “desde mi debut mismo, Landolfi me dio la camiseta 10, la que nunca más abandoné, tanto en la selección como en el Zaragoza de España”, evoca “Nino”.
En su segundo encuentro en Primera ya tuvo a Olimpia como rival, en el clásico de todos los tiempos y Arrúa se estrenó en los derbys anotando un gol. “Jugar ante el franjeado siempre fue motivante, además a diferencia de los tiempos actuales, en aquellos años, después de los partidos nos reuníamos los integrantes de ambos equipos para compartir vivencias del partido”. Saturnino es el jugador que más goles anotó en los clásicos, alcanzando 11 tantos, siete por torneos oficiales y cuatro en la Copa Libertadores.
El “Nino” fue el líder del inmortal conjunto denominado “El Ciclón 70 arrasa” y se adjudicó dos de los tres títulos que desembocaron en el tricampeonato de los años 1972, 73 y 74, “en el 70 el entrenador fue el brasileño Marcos Pavlovsky y jugábamos de memoria, yo prácticamente era un delantero más, ese año marcamos 40 goles y perdimos uno solo”.
Arrúa en el Ciclón disputó 147 partidos locales y anotó 55 goles. En la Libertadores jugó 29 encuentros y marcó 13 goles. La Albirroja también lo tuvo como capitán, símbolo y goleador debutando a los 20 años, en 1969. Integró la selección paraguaya 35 veces logrando 13 conversiones.
En octubre de 1973 se marchó a España, para jugar por el Real Zaragoza, y el “10” fue integrante de los célebres “Zaraguayos”, junto a otros paraguayos que militaron en el equipo, como Carlos “Lobo” Diarte y Felipe Santiago Ocampo, deleitando a la afición española, “fueron seis temporadas grandiosas en España. La mayor alegría fue el 6-1 que le propinamos al Real Madrid, en 1975, cuando estrenaron su título de ese año en nuestra casa”.
En 1979, el ídolo regresó al Ciclón y al año siguiente fue a Guaraní. En 1981 y 82 estuvo en el América de Cali y concluyó su carrera en 1984, jugando otra vez por su querido Cerro Porteño, iniciando luego su carrera de director técnico.
En la despedida, el “Nino” afirma: “El mejor de todos fue Adalberto Escobar, fue lo más completo que he visto, también tuve otros espejos como Dionisio Arsenio Valdez y Benicio Ferreira”.
EL PRIMERO Y EL ÚLTIMO
Saturnino Arrúa tuvo la particularidad de ser el último jugador que anotó un tanto en el estadio “Adriano Irala” y el primero en festejar en la Olla.
Cerro Porteño disputó en el historial su último partido de local en el “Adriano” ante Libertad, el domingo 18 de mayo de 1969. Fue goleada por 6-1 sobre los liberteños y el “Nino” anotó aquella tarde tres; el primero, el segundo y el último tanto, completando la goleada Hugo González, Humberto Quevedo y Celino Mora.
Un año después, el domingo 24 de mayo de 1970, se inauguró la Olla, con el cotejo entre el Ciclón y Silvio Pettirossi y Arrúa convirtió el primer gol del encuentro, sobre los 24 minutos.
HOMENAJE A DEL PUERTO
Saturnino Arrúa explicó que aquella generación de jugadores que integraron el equipo de Cerro Porteño entre 1967 y 1974 tienen planeado realizar un homenaje al periodista deportivo Julio del Puerto. “Se hará justicia por todo lo que hizo Del Puerto por toda esa camada de futbolistas de Cerro Porteño, de otras instituciones y también de las selecciones paraguayas. Todo lo que hagamos por este señor será poco”, aseveró el “10” como primicia.
Igualmente, “Nino” tuvo una emocionada recordación hacia sus excompañeros de equipo que ya nos dejaron prematuramente, como Miguel Ángel Sosa, José da Silva, Artemio Villanueva, Adalberto Escobar y Severiano Irala.