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Tras dos semanas de controversia e incertidumbre sobre cómo y dónde se disputaría el desenlace de la superfinal entre los dos archirrivales porteños, Boca y River ya estaban instalados ayer en la capital española.
Hincha deportado
Y aún a miles de kilómetros de Buenos Aires, la seguridad del encuentro sigue siendo una cuestión central como muestra la deportación a Argentina este jueves de un líder radical de Boca aterrizado en Madrid. Se trata de Maxi Mazzaro, “uno de los Barras Bravas más significativos y peligrosos”, explicó un portavoz de la policía española.
“Una final medio rara”
En vistas al decisivo encuentro del domingo (16:30) en el estadio Santiago Bernabéu, los hombres de Guillermo Barros empezaron ayer la preparación en las instalaciones de la federación española en las Rozas.
Una treintena de seguidores los arroparon desde las verjas que rodean el recinto deportivo de la RFEF. También había más de cuarenta cámaras de televisión en un despliegue mediático propio del clásico español Barcelona-Real Madrid.
“Es una final medio rara. Como jugador creo que es importante no perder el foco porque es una final de Libertadores. Pero jugar en Madrid un River-Boca... es raro”, reconoció Carlos Tévez, el ídolo de Boca.
Moreira, en River
River completó ayer su primer entrenamiento en Madrid, en la única sesión de trabajo abierta para los medios de comunicación antes de enfrentarse a Boca.
Marcelo Gallardo ha desplazado a 28 jugadores (entre ellos al lateral derecho paraguayo Jorge Moreira) hasta Madrid. De esos 28 jugadores hay uno que no podrá jugar por sanción (Rafael Borré), mientras que la duda reside en Ignacio Scocco, que se recupera de una lesión muscular.
Rechaza apelación
El Tribunal de Apelaciones de la Conmebol rechazó la protesta de Boca que pidió los puntos de la final de la Copa Libertadores suspendida por severos incidentes ante su archirrival River Plate el mes pasado, informó ayer el organismo del fútbol sudamericano.