¿Qué hubo detrás de esto?

“En enero de 2015 –Juan Ángel– Napout me dijo: Alejandro Domínguez te va pedir sobornos como presidente de la Asociación Paraguaya de Fútbol (APF)”. Así declaró bajo juramento Alejandro Burzaco, ex CEO de Torneos (T&T), durante el juicio por el caso FIFAgate que se realizó a fines del año pasado en Nueva York (EE.UU.) y cuyo testimonio sirvió para que sean declarados culpables Napout y el brasileño José María Marín, actualmente presos en una cárcel neoyorquina.

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El testimonio de Burzaco bien vale para ubicarse en el tiempo, enero de 2015.

Tres meses después, el 24 de abril de ese mismo año, Alejandro Domínguez (hoy presidente de Conmebol) recibe una oferta de la empresa Tenfield, del empresario uruguayo Francisco “Paco” Casal, por los derechos de los partidos de la selección paraguaya en las recientes Eliminatorias para el Mundial FIFA 2018.

La oferta de Tenfield fue de US$ 17 millones, “que se abonarán en la forma a convenir con la APF” y para lo cual la empresa rioplatense se obligaba a entregar una garantía bancaria de un banco de primera línea en Nueva York que avalase el cumplimiento del contrato.

Para cualquier novel presidente de una organización (recordemos que Domínguez asume el timón de la APF en agosto de 2014, cuando Napout pasa a la presidencia de la Conmebol) conseguir un contrato semejante lo ubicaría en lo más alto de las consideraciones.

Claro, había un contrato de por medio entre la APF y la empresa Ciffart, del empresario Antonio J. Vierci, firmado ya en el 2011 por las eliminatorias 2014 y 2018.

Sin embargo, dicho contrato tenía una cláusula especial que a fin de tener vigencia para las Eliminatorias 2018 tenía que volver a ser homologado por el Comité Ejecutivo de la APF.

El contrato con Ciffart, por las Eliminatorias 2018 era de solo US$ 8 millones, por lo que, usando la lógica, era más que evidente que Domínguez se inclinaría por la oferta de Tenfield, a todas luces la más conveniente para los intereses de la APF.

Pero esto no fue así. Apenas once días después de haber recibido la oferta de Casal, el presidente de la APF Alejandro Domínguez firma una “adenda” o anexo con Ciffart, pasando el monto para la APF de US$ 8 millones a US$ 9.380.000, casi US$ 8 millones menos, sin ninguna explicación lógica.

Como detalle accesorio, pero no menos importante, se puede mencionar que Ciffart es socia comercial de la empresa Full Play, de los argentinos Hugo y Mariano Jinkis, especialistas en el pago de sobornos, según la acusación de la Fiscalía de los EE.UU. que imputó a ambos y pidió la extradición de los mismos.

mvelazquez@abc.com.py

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