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Del acostumbrado silencio a lo largo de la temporada, a partir del viernes los caminos chaqueños comenzaron a vibrar de nuevo. Y Mariscal desde ayer recibió un gentío y un contingente de máquinas que rompieron la tranquilidad, pero que le viene bien a la zona.
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Una imagen que en los últimos años se repite en esta ciudad, ayer otra vez se captaron con las cámaras de TV, los fotógrafos y ni qué decir de celulares fue la presencia de aficionados nativos del deporte motor o tal vez solo por curiosidad, que le dieron ambiente a la rampa a la llegada de cada uno de los autos.
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Un comentario que muchos nos hicimos en estos días de presencia en esta región es hasta cuándo el rally se correrá por los tramos chaqueños, pues cada vez cuesta más encontrar los caminos adecuados para este tipo de competencia y los propietarios de establecimientos cada año que pasa, se niegan a abrir sus portones para el paso de las máquinas. A esperar.
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Otro aspecto que favorece a “Mariscal” con el TCR es que también llegan los víveres donados por la organización a las autoridades de la Municipalidad local, que se deben encargar de repartir a la gente más carenciada. Con el rally “hay vida” por algunos días en el Chaco.