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El nadador estadounidense, cuya cosecha personal supera las medallas que ganaron más de 175 países en toda su historia, recibió ayer elogios formidables tras dominar el martes los 200 mariposa y sumar luego otro triunfo en la posta 4 x 200 libre.
El Parque Acuático de Río se rindió a los pies gigantes del Tiburón de Baltimore, que anotó 1.53.36 en 200 mariposa, superando a rivales temibles como el japonés a Masato Sakai (1.53.40) y el húngaro de 19 años Tamas Kenderesi (1.53.62).
El sudafricano Chad Le Clos, rival principal, vio pasar a su héroe como una bala y llegó cuarto, fuera del podio.
Phelps, que suma un total de 25 medallas, pronunció “estaba encendido” apenas después de su primer oro del martes, por lo que no sorprendió el segundo que logró junto con Conor Dwyer, Townley Haas y Ryan Lochte.
Michael Phelps sonrió cuando identificó cuál de sus amigos de Baltimore gritó un sonido familiar desde la tribuna, en plena ejecución de los himnos, calmo en el podio, acaso recordando que en 200 mariposa había terminado quinto 16 años atrás, en su debut olímpico. El público lo ovacionó.