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Bastó una noche para volver a creer. Abatidos y con dolor “en el alma”, los peruanos abandonaron el estadio Arena Corinthians el sábado en un silencio generalizado. Aunque los pocos que hablaron mencionaron la palabra “esperanza”, esperanza para seguir compitiendo en la Copa América.
Y quizás no haber dejado de creer, pese a haber ajustado un 5-0 y perdido el segundo puesto del Grupo A con Venezuela, fue el premio para los hombres de Ricardo Gareca, que siguen vivos por las victorias de ayer 1-0 de Colombia sobre Paraguay y 2-0 de Argentina ante Qatar.
Luego de la vapuleada a manos de los anfitriones, el técnico argentino Ricardo Gareca se había quejado de lo que consideraba una injusticia con sus dirigidos. “Creo que merecimos mucho más” en el torneo, dijo, con un aire de bronca y calentura. Pero los triunfos colombianos y argentinos les devolvieron el pulso.
El ejemplo de superación de los peruanos está aún caliente. Tras 36 años de ausencia mundialista, en Rusia regresaron a una Copa Mundo con Gareca. En la competición americana tienen las mismas armas, aunque la potencia de la munición se ha venido a menos a la par de que envejecen sus grandes figuras –Paolo Guerrero, Luis Advíncula y Jefferson Farfán– y no hallan una renovación de peso. Pero “no hay que perder la esperanza”, dijo Farfán tras la goleada ante Brasil.