Otro nivel

Pasar, había que hacerlo de cualquier forma, ya que quedar afuera de todo plano internacional a esta altura del año ante la modestia personificada en cada jugador del Montevideo Wanderers, hubiera sido un golpe mucho más artero que aquellas eliminaciones frente al Botafogo y Nacional del año pasado.

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Si bien aquellas fueron dolorosas y tuvieron su costo, esta hubiera sido devastadora para un barco que busca orientar su rumbo tras los continuos cambios en el timón de la temporada anterior. 

Dicen que en el fútbol los festejos duran muy poco y este es un caso fehaciente, ya que tras el viernes de euforia por el claro triunfo logrado, la realidad muestra que el próximo escollo es mucho más duro que este obstáculo compuesto por un grupo de entusiastas jugadores desde su ADN charrúa. 

Si hasta el propio entrenador de Wanderers elogió la grandeza de Olimpia valorando que jugar esta instancia ante nuestro Rey de Copas fue una gran experiencia para su plantel. 

Pero entre lo previsible de la clasificación decana y el fuerte rival que se aproxima, hubo señales positivas en el equipo de Daniel Garnero. 

Empezando por el propio DT, que fue capaz de dar un golpe de efecto en el momento justo, ya que si Verón estuvo falto de anticipo o Richard Ortiz aportó solo desorden, ubicarlos en el banco sin medir la ascendencia de ambos, fue una gran movida visto el resultado final, especialmente por la labor de Richard Sánchez. 

El estreno de Cuero entusiasmó desde la obsesión del colombiano por transformar todas las pelotas en centros, dando la impresión de que Olimpia llegaba muy rápido al área rival, a pesar de caer rápido en lo físico y tener muchos problemas para retomar posiciones defensivas, lo del tercer colombiano mereció aplausos. 

Hablando de cafeteros, en el segundo tiempo Otálvaro se sobrepuso a sus grandes vicios, ya que nunca jugó al límite y sus centros tuvieron destinos certeros. 

Mendieta fue Mago en tres ocasiones que tuvieron que haber terminado en goles y Camacho fue el que brilló en Guaraní y terminó en Olimpia por un buen dinero, con la causalidad de que aquel de Dos Bocas era dirigido por el actual entrenador. 

Hasta aquí los puntos para el aplauso, más allá del despliegue de Burgos, o el emotivo estreno del “Chiquito” Giménez, hay puntos que sirven de rápida resolución para el mano a mano ante los colombianos. 

La dupla Patiño-Leguizamon aún no transmite garantías, pero es lo que hay ante el nivel actual de Verón y el confuso recuerdo de Pellerano. 

Como Cuero y Mendieta no sienten el retroceso para marcar, los costados pueden ser muy vulnerables ante un equipo que pueda ensanchar bien el campo de juego, preguntándonos si Garnero apelará a un esquema un poco más sólido frente a Junior. 

Es obvio que al pasar etapas los contrincantes sean más competitivos, pero aquí Olimpia ha saltado dos niveles en una sola instancia, ya que el Junior tiene claramente dos estrellas más de jerarquía respecto a los Bohemios de Montevideo. 

A eso van los franjeados, históricamente siempre quisieron medir fuerzas con los más fuertes y mire si le habrá ido bien ante los más pintados rivales. 

Aunque la búsqueda de identidad es un hecho bien lógico y la línea más preocupante sea la defensiva, con muy poco tiempo para darle solidez, los de Garnero mostraron cierta intensidad ofensiva muy interesante para tan pocos días de competencia. Auspicioso para lo que se viene, aunque el próximo escalón tenga un nivel mucho más complejo que el anterior, al que había que subirlo como sea.

federico.arias@abc.com.py

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