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Fue el capitán y goleador de aquella selección que dio la vuelta olímpica en Perú.
Fernández empezó su carrera futbolística en el club Libertad, a la edad de 15 años y debutó en primera en 1950, a los 19 años.
Por sus condiciones innatas de goleador, enseguida, dos años después de su estreno en la máxima categoría fue llamado a integrar el seleccionado que sería campeón en aquella Semana Santa del 53. El entrenador de aquella selección, Manuel Fleitas Solich, distinguió a Fernández con la capitanía del conjunto, por sus dones de buena persona, además del liderazgo que a pesar de su corta edad ya demostraba, aparte de sus grandes cualidades de implacable goleador.
En la recordada conquista disputó los siete partidos y anotó cuatro tantos. Su consagración definitiva la logró en la finalísima al marcar el gol del triunfo 3-2 ante Brasil. Ese año fue transferido al Boca Juniors y en el vecino país también jugó en Rácing, San Lorenzo y Temperley.
Además tuvo tiempo para estudiar y recibirse de odontólogo, todo un logro para esa época.