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El crack brasileño vio agravada la pena porque, tras ser expulsado el sábado pasado en la inesperada derrota 2-0 ante Málaga, aplaudió burlonamente a un asistente del árbitro. La expulsión fue por doble amonestación, la primera por atarse el botín frente al balón, frenando la ejecución de un tiro libre rival, y la segunda, por una dura entrada.
La baja de Neymar será una dura pérdida para Barcelona en la recta final de la Liga y en su lucha para desplazar de la punta a Real Madrid. Neymar, cuya expulsión infantil y gesto aún peor recibió duras críticas de la prensa, pidió a Barcelona que le dé ayuda con un sicólogo para evitar nuevas actitudes similares. (ANSA)