¿Najdorf vs. Szapiro, Lodz 1927?

Tras jugar sus partidas rápidas en los salones del Club Argentino, Najdorf asistía con frecuencia a una sala contigua, la de “los sillones”, donde se hablaba de todos los temas.

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Un día presumió de sus excelentes condiciones de vendedor, su campo era el de los seguros, y contó cómo en una ocasión había logrado asegurar una estación de servicio.

Relató todo el proceso: durante meses Najdorf iba todos los viernes a jugar una partida con un aficionado y hablaba de la posibilidad de asegurar la estación de servicio que su amigo tenía, este le daba largas, Najdorf volvía la semana siguiente, y el intento se repetía, pero siempre sin éxito.

Finalmente un viernes su amigo le confesó que en realidad él estaba interesado en asegurar su negocio, pero retrasaba lo inevitable porque era consciente de que era un simple aficionado, que nunca podría jugar con él si no fuera por esa circunstancia.

Le dijo sinceramente: “Para mí es un gran placer verlo a usted cada viernes y jugar una partida con el Gran Maestro Miguel Najdorf, pero si yo hago el seguro con usted… temo que usted deje de venir”, Najdorf lo negó, y le dijo ofendido: “¡Pero por favor! [los que recuerdan su acento saben que dijo “¡Pego pog favog!”] ¡Una cosa es la amistad y otra son los negocios!”, medio incrédulo su amigo le preguntó, “Entonces, si firmo, ¿va a seguir viniendo, maestro?”, Najdorf le aseguró rotundamente que sí, y Don Miguel remató la anécdota diciendo orgulloso: “Y así le hice el seguro”.

Se hizo un silencio hasta que alguien se atrevió a preguntar: “¿Y? ¿volvió, maestro?”, no se sabe qué sucedió en la realidad, pero Najdorf, que esperaba la pregunta, entre risas contagiosas, respondió: “¡En la puta vida!”.

Al ir cumpliendo años y ser “El Viejo” durante tanto tiempo, el tema de la muerte naturalmente a veces aparecía, y aunque Don Miguel era una de las personas más vitales del planeta, era también consciente de que cada vez estaba más cerca.

Un día en el desaparecido Salón Capablanca, Najdorf estaba jugando sus habituales partidas de blitz “a vida o muerte”, nunca mejor dicho, y alguien llegó con la noticia de la muerte de un ajedrecista conocido, se comentó el hecho y de repente Najdorf dijo, “Y pensar que un día alguien va a llegar y va a decir: “Se murió el Viejo”.

Se hizo un silencio incómodo hasta que alguien dijo, “¡No, eso no va a pasar!” y de inmediato otro se unió, “¡El Viejo no va a morir nunca!” y otro “¡El Viejo es inmortal!” entre aplausos y vítores y la noticia inicial quedó sepultada bajo la euforia general, incluyendo la de Don Miguel.

En otra tertulia en los sillones del club, hacia mediados de los años 70 se habló del millonario griego Aristóteles Onassis, que en los años 20 había vivido en Argentina, y en ese momento tenía algunos problemas de salud.

Alguien dijo que envidiaba la vida de Onassis, Najdorf le dijo que no era para envidiarlo, que lo más importante era la salud, eso Onassis no lo tenía, y siguió un pequeño pero convincente discurso.

Al terminar Najdorf le preguntó: “¿De verdad usted cambiaría su juventud, su salud, su futuro, por la vida de alguien como Onassis, llena de dinero pero enfermo y con la muerte relativamente cerca?”.

La respuesta era casi forzada, su interlocutor dijo: “No, pensándolo bien, claro que no me cambiaría”.

Najdorf, tampoco nunca sabremos si ya lo tenía preparado, le contestó entre risas: “¡No se preocupe!, ¡él tampoco!”.

Como despedida de las anécdotas, inéditas o poco conocidas, de esta segunda nota, es bueno recordar una de las virtudes de Don Miguel Najdorf, su inmenso amor por el ajedrez, que se reflejaba no sólo en sus contactos diarios con el mundo del ajedrez sino también en la gran labor de divulgativa del ajedrez, jugaba todo lo que podía, y cuando ya no tenía la fuerza de antaño se dedicó a organizar torneos que llevaban su nombre; volviendo al tema de la muerte, decía, entre risas que al organizar torneos salía ganando porque: “Así habrá mucha más gente deseando que viva muchos años”.

Con su muerte también no solo fenecieron los torneos que él organizaba, sino que todo el ajedrez argentino sufrió un gran apagón.

Como recuerda el amigo Luis Scalise, a cada pueblo del interior argentino que asistía, aún los más pequeños, si notaba que no había un club, en los discursos finales nunca faltaba su solicitud a las autoridades: “Sr. Intendente, por favor, ¿cómo una ciudad como esta no tiene un club de ajedrez...?“, ese era uno de sus requerimientos infaltables.

Como con varios datos iniciales de Najdorf, no hay claridad sobre el rival ni la fecha de la siguiente hermosa producción, que Najdorf consideraba como la mejor partida de su juventud, también hay discrepancia sobre algunas jugadas.

Según Najdorf esta partida se jugó en 1927, cuando tenía 17 años, y recibió el segundo Premio de Belleza del torneo, aunque en otros sitios se dice que su rival fue Gliksberg.

Los comentarios entre comillas son de Najdorf, realizados en los años 70.

Miguel Najdorf – Szapiro, Defensa Francesa [C10], Lodz, 1927
1.e4 e6 2.d4 d5 3.Cc3 dxe4 4.Cxe4 Cd7 5.Cf3 Cgf6 6.Ad3 Ae7 7.0–0 [“Lo más natural y atinado antes de emprender un ataque. Las negras también debieron enrocar para evitar riesgos, pero en vez de ello jugaron:“] 7...b6? [“Un intento de resolver el problema del desarrollo, pero hay un error de razonamiento. Trata de luchar en terreno, por ahora, prohibido al bando negro.”] 8.Ce5! [Amenazando Cc6. En algunas fuentes se indica que lo jugado fue 8.Cfg5 pero parece menos probable.] 8...Ab7 [La alternativa era 8...Cxe5 9.dxe5 Cxe4 10.Axe4 Dxd1 11.Txd1 Tb8 12.Ac6+ Rf8, con mejor posición para las blancas.] 9.Cxf6+! gxf6? [“Recién ahora descubrió que a causa de su pecado anterior (7...b6) no podía jugar 9...Cxf6? por 10.Ab5+“, y es forzada 10...Rf8. Y a 9...Axf6 sigue 10.f4, con ventaja. “Mi adversario meditó bastante esta respuesta, decidiéndose por ella pensando que si continúo con 10.Cxd7 tendrá, con 10...Dxd7 seguido de ...0–0–0, una interesante posición de ataque por la columna “g.” Lo mismo entendí yo y por eso jugué el siguiente sacrificio.”] 10.Cxf7!! [“Mentiría si les dijera que había calculado toda la combinación. Lo que sí vi es un número de jaques que esperaba me llevaran al mate.”] 10...Rxf7 11.Dh5+ Rg8 [11...Rf8 pierde por 12.Ah6+ Rg8 13.Dg4+ Rf7 14.Dg7+ Re8 15.Ag6+ y mate. (En algunas fuentes se cita que se incluyó la secuencia 12. Dg4+ Rf7 13.Dh5+ Rg8.) “¿Qué jugar? No me gustaba 12.Ah6 por ...Af8, y el rey se escapa. Después de 40 años no olvido cómo respiré aliviado al dar con la siguiente movida, que me permite continuar el ataque sin dar tregua. Recalco esto pues la menor pausa permitiría la salvación de las negras.”] 12.Te1 [Najdorf le añade un signo de admiración y dice “Ahora se amenaza ganar con Dg4+.” Las computadoras señalan que tras la jugada rechazada por Najdorf, 12.Ah6! Af8 “y el rey se escapa“, sigue con fuerza 13.Ac4! De8 14.Dg4+ Rf7 15.Tfe1, y las negras no tendrían defensa. Ahora “No sirve 12...Ad5 por 13.c4, ni 12...e5 por 13.Ac4+. Sólo queda una cosa.”] 12...Cf8

13.Txe6!! [“Este fue uno de mis mejores días. Los temas tácticos no obstante, son obvios.”] 13...Cxe6 [A 13...De8 sigue 14.Dg4+ Cg6 (o bien 14...Rf7 15.Ac4) 15.Ah6, para Ac4, 15...Ad5 16.Txe7! Dxe7 17.Axg6, ganando.] 14.Ac4 [“Por supuesto, ahora las negras deben prevenirse contra d5 y d6+.”] 14...Dd6 15.Ah6 Af8? [La defensa correcta era 15...Td8! y no hay más que tablas tras 16.Dg4+ Rf7 17.Dh5+ (17.Dg7+?! Re8 18.Dxh8+ Rd7 19.Dxh7 Dc6 20.Af1 De4 llevaría a un final con tres peones por la pieza pero con posición algo preferible para las negras.) 17...Rg8 18.Dg4+ y tablas por repetición. En cambio, si 15...Ae4 sigue 16.Te1! Dc6 17.Dg4+ Rf7 18.d5! Dxc4 19.Dxe6+ Re8 20.Txe4 Dc5 21.Dxf6 Tg8 22.Ag5 Txg5 23.Dxg5 Tc8 (23...Td8? 24.Dg8+ Rd7 25.De6+ Re8 26.Tg4 lleva al mate.) 24.Df5 Tb8 25.Dxh7, con 4 peones por la pieza e iniciativa ganadora. Los módulos no ven defensa para las negras.] 16.Te1! [“Se cierra el cerco. Sólo hay una defensa contra la amenaza Txe6.”] 16...Ac8 17.De8! [“Una posición asombrosa. ¿Acaso la pensé en la movida 11? En todo caso estaban en el tablero y han visto la luz del día. Las negras están clavadas por completo y no tienen salvación.”] 17...Ad7 [A 17...De7 sigue lo mismo.] 18.Txe6!! Txe8 [Si 18...Dd5 hay mate en tres jugadas: 19.Axd5 Txe8 20.Txe8+ y mate.] 19.Txe8+ Ae6 20.Axe6+ Dxe6 21.Txf8++ “Siempre valoraré esta partida; la considero como una de las más brillantes de mi juventud”
1–0

PROBLEMA Nº 408

Solución del Problema Nº 407
Blancas: Rb1, De2, Td1, Tg1, Ad2, Ce5, a2, b2, c2, f2, h5 (11)
Negras: Rh8, Dc7, Ta8, Tf8, Ac5, Cf6, a7, b7, e6, f7, g7, h6 (12)
Juegan las Blancas
Yasser Seirawan ha jugado la Defensa Caro Kann toda su vida, es un gran experto, pero está desentrenado, por ello cayó sin jugar ante Gata Kamsky, que además de los conocimientos generales sobre la apertura tiene análisis concretos de varias posiciones, esta variante la tenía preparada para el Torneo de Candidatos, y Seirawan evidentemente no estaba igual de afilado.

22.Axh6! [Aunque sea preparación casera, comprender que esta sorprendente combinación tenga éxito provoca en este cronista una sensación muy placentera, la misma que se siente al admirar una obra de arte, supongo que es un sentimiento general.] 22...gxh6 23.Td7!! [Este es el hermoso golpe ganador.] 23...Dxd7 [La clave de la combinación radica en que no es posible 23...Cxd7 por 24.Dd2 Rh7 25.Cg4! y no hay defensa.] 24.Cxd7 Cxd7 25.Dd2 Rh7 26.b4 Tad8 27.bxc5 [“El resto es cuestión de técnica.”] 27...Cf6 28.Df4 Ce8 29.De4+ Rh8 30.Dxb7 Cg7 31.Dxa7 Tc8 32.Td1 Cf5 33.Td7 Rg7 34.a4 Rf6 35.a5 1–0
Kamsky, G (2.741) - Seirawan, Y (2.643), Saint Louis (9), 17.05.2012

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