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Desde la ciudad de Atyrá (departamento de Cordillera) Gerard (36 años) emprenderá la aventura del Rally Dakar por 13ª vez en su vida.
El holandés iniciará en tierra guaraní la defensa de la corona alcanzada este año. “Es bueno estar en un país nuevo, (...) tener más países a los que ir y conocer sus oportunidades”, comentó.
Sobre las posibilidades de quedarse con su tercer Dakar –ganó por primera vez en 2012– está positivo. “Creo que tenemos buenas posibilidades. Si no tenemos demasiados problemas con los neumáticos ni con lo mecánico; el equipo es bueno, el factor humano también es de ayuda. El camión es el mismo del año pasado. Creo que tenemos buenas posibilidades”, analiza.
Correrán con él su copiloto español Moisés Torrallardona y el mecánico polaco Darek Rodewald.
Límite de velocidad, “aburrido”
A través de los años el límite de velocidad se ha ido modificando y hoy en día para los camiones es de 140 kilómetros por hora... restricción poco atractiva para el piloto. “A veces estás manejando por cinco minutos, a solo 140 km/h... a veces es un poco aburrido”.
Aunque es “muy despacio”, Gerard reconoce que tendrá su beneficio para los neumáticos.
Para no sobrepasar el margen, que podría valerle penalizaciones y luego la descalificación, su camión está preparado para controlar y limitar su marcha.
Paraguayos, “entusiastas”
Arribó a nuestro país el martes y califica a los locales de “muy entusiastas. Cada año que visitamos un país nuevo la gente se muestra muy feliz por la carrera. Hay buena receptividad. Se siente bien”.
Los aprestos le mantienen ocupado, por lo que no pudo conocer demasiado de Paraguay, “pero todos están entusiasmados por tener la carrera acá”.
Clima: altura y lluvia
Fue “un cambio grande” para él vivir días de intenso calor al llegar de su país de origen, donde en esta época del año las temperaturas son bajo cero.
Espera no tener inconvenientes a la hora de afrontar la altura de Bolivia. “En los años anteriores no nos causó grandes problemas”. Cree que un “gran desafío” serán las etapas con mucha agua. La lluvia “no es mi parte favorita”, confiesa.
Buscan un tercer título
Inició en 2002, acompañando a su padre Jan, también campeón (edición 1987) de este desafío, considerado uno de los más duros del mundo del deporte motor.
Su primera victoria en el Dakar se dio en 2012. Ese año acabó con una racha de triunfos de los rusos de Kamaz, que llevaban entonces tres títulos consecutivos y diez en 12 ediciones.
Cuatro años después –y mientras los de Rusia recuperaban el trono arrebatado– De Rooy volvió a alzarse con el título, para llegar como un favorito al 2017.
En busca de un tercer festejo vuelve a apostar por el italiano Iveco, con quienes conquistó la gloria en ambas ocasiones.
fatima.martinez@abc.com.py