Los destacados de la cantera del “Kelito”

Las divisiones inferiores de River Plate fueron por muchos años fuente inagotable para el fútbol paraguayo. Mílner Ayala, Dionisio “El Maestro” Arsenio Valdez, Roberto “Gato” Fernández, Alicio Solalinde y José Saturnino Cardozo fueron algunos de los máximos exponentes de la cantera del “Kelito”.

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Dionisio “El Maestro” Arsenio Valdez fue quizás el máximo referente de los jugadores formados en las divisiones inferiores de River Plate. Fue un “10” de antología, en una época en que abundaban los buenos jugadores en ese puesto y en cada equipo, como Saturnino Arrúa, en Cerro Porteño; Crispín Rafael Verza y Benicio Ferreira en Olimpia; Joaquín Yugovich, en Libertad; y Lorenzo Espinoza, en Nacional. Arsenio debutó muy joven en la primera de River Plate, en el campeonato de 1961, a los 18 años. Fue el domingo 4 de junio, en la 6ª fecha, ante Olimpia, en el “Kelito”. Se estrenó en la selección paraguaya el 17 de febrero de 1963 ante el combinado de Bolivia, por la copa Paz del Chaco, en partido jugado en el entonces estadio de “La Liga”. Fue triunfo paraguayo, por 3-0 y Valdez fue autor de uno de los goles de la Albirroja. Ese mismo año “El Maestro” Valdez guió a la selección paraguaya al vicecampeonato del Sudamericano jugado en La Paz, Bolivia.

El talento de Valdez llegó a su máxima expresión cuando regresó de Colombia y se incorporó a Guaraní, en 1966. Con el Legendario ganó los campeonatos de 1967 y 69 y fue integrante infaltable de las selecciones paraguayas. “El Maestro” cumplió uno de sus sueños cual era volver a defender a su amado River Plate, regresando en 1974 de la mano del técnico Ramón Rodríguez, su otrora socio en la delantera “cañón” de River Plate, a principio de los años 60. “El Moncho” fue goleador absoluto de la temporada de 1959 con 10 anotaciones. Alicio Solalinde apareció en primera en 1970 y luego se convirtió en uno de los pocos jugadores que pudo saborear el título de un torneo Sub 20, antiguamente llamado Juventud de América y de una Copa América, que se denominaba Sudamericano de Mayores. Solalinde fue titular de aquella inolvidable selección juvenil que en 1971 se adjudicó el título en forma invicta en nuestro país. En 1979 “Sola” fue uno de los puntales del segundo título a nivel continental conseguida por nuestra selección mayor, al imponerse a Chile en tres recordadas finales. En el 78 “Sola” fue transferido a Olimpia y al año siguiente logró con la franjeada el título de la Copa Libertadores, la Copa Interamericana y la Copa Intercontinental al superar al Malmoe de Suecia en dos partidos (1-0, en el invierno sueco y 2-1, en Asunción).

El arquero Roberto “El Gato” Fernández es otro fiel exponente de la inagotable cantera riverista. Apareció en la primera del “Kelito” en 1972, en un partido jugado en Coronel Oviedo, ante Guaraní, siendo la figura de su equipo al mantener su valla invicta para sacar el heroico empate de 0-0. Fernández llegó a la cumbre de su carrera en el Mundial de México 86 cuando detuvo un penal en el último minuto de juego a Hugo Sánchez, entonces goleador e ídolo de la selección mexicana y del Real Madrid de España. Esa paridad ayudó al seleccionado a acceder a la siguiente etapa del Mundial. “El Gato” fue el golero titular de la conquista del Sudamericano de 1979. Si retrocedemos aun más en el tiempo, encontraremos a Mílner Ayala, venido de la cantera del “Kelito” y quien tuvo el honor de formar parte del plantel campeón en el Sudamericano de Lima, allá por 1953. Otros inolvidables de las formativas riveristas fueron, los hermanos Ortega, Miguelí y “Camba’i”, y el puntero izquierdo José Villamayor. Mario Rivarola debutó en el “Kelito” en 1965. Fue un mediocampista talentoso y trabajador que luego fue transferido al Olimpia. También triunfó en el fútbol de Colombia, Ecuador y Guatemala.

A fines de los años 60, los arqueros Humberto Núñez y Patrocinio Carmona también escribieron sus propias historias llegando desde las inferiores riveristas. En ese mismo tiempo debutaron en la máxima categoría el defensor Néstor García, el talentoso volante Luis Alonso el delantero Aparicio Invernizzi y el volante Carlos Huespe. Los tres primeros luego triunfarían en el exterior, García y Alonso en España y Aparicio en el Deportivo Pereira de Colombia y Huespe fue campeón con Libertad en 1976. En 1971 apareció en la primera riverista, el centrodelantero Herminio Céspedes venido de San Antonio y que integró la preselección que fue campeón del Juventud de América jugado ese mismo año en nuestro país. Lorenzo Jiménez fue traído de la ciudad de Paraguarí para las inferiores, debutando en 1967. Al año siguiente, en el 68, ya dio el salto de gigante de su carrera al ser transferido al Olimpia y logrando el título de esa temporada. Lorenzo logró otro campeonato con los franjeados en 1971, marchándose a España, en 1973, al culminar las eliminatorias contra Argentina y Bolivia, para Alemania 74.

En el año 67, Atilano Fernández logró la hazaña de romper el largo invicto del arquero de Guaraní, Raimundo Aguilera, quien alcanzó 1.019 minutos de imbatibilidad.

En 1968 debutó en primera el zurdo Eladio Vera, dueño de una velocidad supersónica y de una visión frente al arco contrario que lo hicieron goleador de su equipo en cada temporada. Eladio fue transferido a mediados de 1971 al Cruz Azul de México, siendo el primer paraguayo que jugó en tierras aztecas. Fue tan buena la performance y la dedicación de nuestro compatriota, que hasta hoy día sigue siendo el mayor embajador futbolístico paraguayo, abriendo las puertas para muchos paraguayos que quisieron y quieren sobresalir en el balompié mexicano.

Los delanteros Arsenio Meza y Juan Ramón Sandoval supieron entrar a la historia grande del fútbol paraguayo al lograr el título de la Copa América de 1979 y también figuran entre los notables del “Kelito”. Meza inscribió su nombre con letras de oro al consagrarse goleador de la temporada de 1976, con once tantos convertidos y al año siguiente obtuvo el segundo lugar entre los artilleros al sumar de nuevo 11, uno menos que Gustavo Fanego, el goleador con 12. El defensor Juan Manuel Villalba, de gran gestión en el partido que Paraguay le empató a Uruguay (2-2) que le valió a la Albirroja para llegar a la semifinal contra Brasil, en la conquista de la Copa América del 79 vino procedente de un equipo del interior, pero se estrenó en Primera División en filas del “Kelito” en el 73. El volante Tito Vera también integró el conjunto campeón albirrojo del 79 y en esa misma época aparecieron Osmar Cabrera y Francisco Mancuello.

Otro que debutó en primera en filas del “Kelito” fue el lungo arquero Alcides Báez, en 1968. En el 69 fue transferido a Libertad, en el 72 fue a Cerro y en 1974 al fútbol español. Regresó a Libertad en 1976, para ser campeón con el Gumarelo y también fue monarca de la Copa América del 79. Eduardo Ortiz y Domingo Samaniego igualmente provenientes de la inagotable cantera riverista, fueron en 1979 dos de los campeones de la Libertadores, con Olimpia.

Los fornidos zagueros centrales Julián Florentín y Francisco Riveros debutaron con suceso a principio de los años 70. Riveros inclusive fue refuerzo infaltable en aquella época de Cerro Porteño y Olimpia, en sus participaciones en la Copa. También jugó en Libertad en 1975. Florentín igualmente reforzó a Cerro en 1974 logrando el tricampeonato.

Otros inolvidables canteranos riveristas fueron los zagueros izquierdos Rufino León y José Domingo Insfrán, integrantes infaltables de las selecciones paraguayas de los años 70. En los 80 aparecieron otros destacados como el arquero Jacinto Rodríguez, padre de Rodolfo, el actual golero de Luqueño y los defensores internacionales Vicente Escalante y Osvaldo Zimnavoda, quienes después se lucieron en Olimpia y Cerro. El volante Cándido Giménez también apareció hacia 1978 y se consagró un año después en la selección juvenil que disputó el Sudamericano de Montevideo y luego el Mundial de la categoría en Japón.

El atacante Pedro Fernández, quien se inició en Olimpia, tuvo el mérito jugando en el “Kelito”, de consagrarse goleador en la temporada de 1982, con 11 tantos. En 1983 debutó Amancio Mereles, chiquito de físico, pero de enorme corazón. Fue el artillero en 1984 con 12 goles y luego triunfó en el fútbol de Portugal. Un tiempo después apareció en Primera el talentoso Fredy Escobar, un infaltable en las selecciones en la época en que Eduardo Luján Manera fue el conductor albirrojo.

En los años 1988, 89, 90, 91 y 92, Félix Darío León y José Saturnino Cardozo, dos genuinos exponentes de la cantera riverista, formaron parte de un ataque demoledor que hizo del “Kelito” un equipo temible para los más pintados. En el 93 “El Pepe” pasó a Olimpia y mediante sus tantos el Decano alcanzó el título de esa temporada, para luego desde 1995 alcanzar todos los récords de goles en el Toluca mexicano. Félix Darío, por su parte, siguió marcando goles en Cerro Porteño. Aníbal Araújo fue un delantero que también debutó en 1988 y que a base de goles supo ganarse el cariño y respeto de la afición del barrio Mburicaó.

El concepcionero Hugo Marcelo Ovelar, quien se estrenó en 1991, fue otra de las apariciones fulgurantes en filas del “Kelito antes de bajar a la división de Ascenso en 1994.

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