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Hablamos del ajedrez como herramienta para la vida diaria, ojalá que el proyecto de ley para que sea considerado como materia curricular en Paraguay se apruebe.
El ajedrez competitivo de primer nivel es algo aparte, en el Siglo XXI para ser exitoso hay que dedicarse casi por completo a él, en el Siglo XIX y XX no era tan exigente, y los campeones del mundo podían tener otra actividad, en que también descollaban.
Los mejores ajedrecistas del mundo tenían (y tienen) un nivel intelectual muy alto, por ejemplo Kasparov está en una lista de los 10 hombres más inteligentes del planeta.
Según algunas fuentes, su CI (cociente intelectual, cuyo valor medio es 100) es 190, el de Anand es 187, el de Fischer era de 180, etc., no es una verdad absoluta sino un indicativo; curiosamente quien tiene el CI más elevado, 230, el australiano Terrence Tao, es aficionado al ajedrez y su hermano Trevor Tao es Maestro Internacional.
En varios campeones mundiales esa virtud se manifiesta también fuera del tablero, no es osado afirmar que uno de los más dotados intelectualmente, o el más, sea el Dr. Emanuel Lasker, de cuyo nacimiento se cumplen hoy 145 años.
Emanuel Lasker (Berlinchen, Prusia, hoy Barliker, Polonia, 24 de diciembre de 1868 – Nueva York, 11 de enero de 1941) fue matemático, filósofo, escritor y el segundo campeón del mundo, mantuvo el cetro durante 27 años (desde 1894 a 1921) estableciendo un récord insuperable; también contribuyó al desarrollo de otros juegos, como bridge (fue un jugador de primer nivel), go, y un juego inventado por él, “Lasca”.
Lasker concebía al ajedrez como una preparación ideal para la lucha en todos los aspectos de la vida.
Lasker escribió: “En el tablero de ajedrez la mentira y la hipocresía no sobreviven por mucho tiempo. La combinación creativa desnuda la presunción de la mentira, y el hecho implacable, que culmina en jaque mate, rebate al hipócrita”.
Albert Einstein, quien fue su amigo, escribió en 1952 el prólogo del libro Emanuel Lasker: Biografía del Campeón Mundial de Jacques Hannak, en la que describió a Lasker como una persona superdotada y un pensador profundo, habló de sus habituales paseos con Lasker, intercambiando ideas y evaluando diversos temas, creía que “el ajedrez era, para él, más una forma de ganarse el sustento que el centro de su vida. Su interés real estaba en comprender la ciencia, en la belleza y lógica de su construcción, una belleza que cualquiera puede apreciar una vez que la ha experimentado de primera mano”.
Es curioso constatar que este mismo acceso a la belleza la podría describir un gran músico o un gran pintor, etc., hablando de su arte.
Einstein opinaba que el más interesante de los varios libros sobre filosofía que Lasker escribió era Filosofía de lo inalcanzable, “un trabajo no solo altamente original, sino también descriptivo de la personalidad de Lasker al completo”.
Capablanca se refería a Lasker siempre con admiración, Alekhine dijo: “Lasker fue mi maestro, sin él no podría haber llegado a lo que logré. La idea del arte ajedrecístico es impensable sin Emanuel Lasker”. Tal comentó: “El más grande de todos los campeones fue, por supuesto, Emanuel Lasker. ¡En el tablero lograba lo imposible!... fue un táctico asombroso, ganando partidas que aparentemente eran insalvables”. Korchnoi dijo: “Mi héroe ajedrecístico”, etc.
Pero no todo son alabanzas, Fischer dijo que era “un jugador de café” y Larsen: “Lo admiraba… hasta que estudié sus partidas”, tal vez, esta incomprensión se deba a lo que ya dijo Capablanca: “Lasker, un genio natural, que se desarrolló gracias a un trabajo muy duro en los períodos iniciales de su carrera, nunca se adhirió a un tipo de juego que se pudiera definir. Ninguno de los grandes jugadores ha sido tan incomprensible para la mayoría de los aficionados y hasta maestros, como Emanuel Lasker”.
Kasparov dijo que el estilo del campeón del mundo actual, Carlsen, es de la rama de Capablanca y Karpov; Hans Ree, en su columna “Dutch treat” de www.russell-enterprises.com/, ve conexiones del juego de Carlsen también con el de Lasker, ambos tienen un estilo difícil de encasillar, Carlsen juega todo tipo de posiciones, y es tan efectivo en la defensa como en el ataque, con un enfoque personal de la apertura, y se distingue por su excelencia en los finales, todo esto también se advierte en Lasker.
Emanuel era el segundo de cuatro hermanos, tras el mayor Berthold, y antes de las menores Theofilie y Amalie; su hogar era económicamente modesto.
El hermano mayor fue enviado a Berlín a estudiar la secundaria y luego Medicina, Berthold costeaba sus estudios dando clases y jugando a las cartas o al ajedrez por unos peniques (en días “muy buenos” hasta ganaba un marco) en el Salón de Té berlinés, gracias a estas “ganancias”, Emanuel, con 11 años fue enviado a estudiar junto a Berthold. Bajo su tutela, Emanuel pasó los exámenes con brillantez y hasta fue incluido en una clase dos cursos por encima de su edad, pero estudió poco, contrajo el sarampión y fue hospitalizado. Para hacerle menos tediosa su estadía, Berthold le enseñó a jugar al ajedrez; durante los primeros tres años, Berthold (que tenía fuerza de maestro) ganaba, pero Emanuel se dedicó con tenacidad a estudiar su nueva pasión, especialmente tras obtener una copia del Manual de Dufresne.
Ya después de salir del hospital empezó a acompañar a su hermano al Salón de Té; ver partidas de maestros ayudó a su desarrollo ajedrecístico, cuando sus padres se enteraron la reacción inmediata de la madre fue enviar a Emanuel a otra localidad, Landsberg, para que no se desviara de su meta de ser profesor de Matemáticas; en la primavera de 1888 Lasker finalizó sus estudios secundarios y entró en la universidad; Berthold, por su parte, ya recibido de médico, fue a Elberfeld a practicar Medicina, y Emanuel ocupó el lugar que su hermano había dejado “vacante” en el Salón de Té y el Café Kaiserhof, dedicándose cada vez más al ajedrez, en un ambiente muy propicio para su progreso, ya que se reunían los maestros más fuertes del momento, sin descuidar las múltiples disciplinas que le atraían.
En el invierno de 1888-1889, Lasker, con 20 años recién cumplidos, logró su primera victoria en el grupo B del Campeonato del Café Kaiserhof. Con ese primer triunfo, y los siguientes, logró no solo un estímulo moral sino seguidores que lo apoyaron económicamente; uno de sus mecenas, Jakov Bamberger, que le enviaba 10 marcos cada mes, era el padre de su futura esposa, con quien se casó 22 años después, algo impensable en ese momento, ya que no la conocía.
En junio de 1889 Lasker obtuvo el título de Maestro tras vencer en Breslavia y fue invitado a su primer torneo internacional.
En su debut, Ámsterdam 1889, Lasker finalizó segundo con 6 puntos sobre 8, tras Amos Burn, superando a conocidos maestros como James Mason e Isidor Gunsberg.
La partida que recordamos hoy, contra el austriaco Johann Hermann Bauer (Praga, Imperio Austrohúngaro, actualmente Chequia, 30 de junio de 1861–Gorizia Imperio Austrohúngaro, actualmente Italia, 5 de abril de 1891), es muy famosa por el sacrificio ganador de los dos alfiles sobre el enroque adversario, una combinación empleada posteriormente en otras partidas como Nimzovich–Tarrasch, San Petersburgo 1914, Miles–Browne, Lucerna 1982, J. Polgar–Karpov, Hoogeveen 2003, etc.
Emanuel Lasker – Johann Bauer
Apertura Bird, [A03], Ámsterdam (1), 26.08.1889
1.f4 [A pesar del fulgurante éxito de esta partida, Lasker no volvió a utilizar la Apertura Bird salvo en simultáneas.] 1…d5 2.e3 Cf6 3.b3?! [3.Cf3! es mejor, sin permitir 3...d4!] 3...e6 4.Ab2 Ae7 5.Ad3 b6 6.Cf3 Ab7 7.Cc3 Cbd7 8.0–0 0–0 9.Ce2 [Chigorin solía utilizar otra ruta para activar este caballo: Ce5 seguido de Df3, Cd1 -f2-h3.] 9…c5 [La más precavida 9...Cc5 fue indicada por Jean Dufresne, para eliminar el alfil.] 10.Cg3 Dc7 11.Ce5 Cxe5 12.Axe5 Dc6 [Con la obvia idea 13...d4.] 13.De2! [¡Sobreprotección! Se defiende anticipadamente g2 antes de iniciar el asalto. 13.Ch5 fue señalado como igual de fuerte, pero Kasparov demostró en Mis Grandes Predecesores que tras 13...d4! no hay victoria forzada aparente, por ejemplo: 14.Tf2 dxe3 15.dxe3 Cxh5 16.Axh7+ (16.Dxh5 f5 es equilibrado.) 16...Rxh7 17.Dxh5+ Rg8 18.Axg7 Rxg7 19.Dg4+ Rh7 20.Dh5+ Rg7 y hay que dar perpetuo, pues 21.Tf3? Dxf3! 22.gxf3 Th8 es perdedor, mientras que 14.Cxf6+ gxf6! 15.Axh7+ Rxh7 16.Dh5+ Rg7 17.Tf3 Tg8 18.Tg3+ Rf8 19.Dh6+ Re8 20.Txg8+ Rd7 tampoco es claro.] 13...a6? [Evita 14.Ab5, pero no frena la amenaza principal. Eran satisfactorias tanto 13...Ce4 como 13...Cd7.] 14.Ch5! Cxh5 [“Es asombroso que la posición negra sea ya prácticamente sin esperanzas” (Kasparov) Por ejemplo: 14...d4 15.Axf6 Axf6 16.Dg4 Rh8 (o 16...e5 17.Ae4!) 17.Tf3 Tg8 18.Axh7! Tgd8 19.Dh3 Ae7 20.Ae4!; 14...Tfd8 era lo más resistente, seguiría 15.Cxf6+ Axf6 (15...gxf6 16.Dh5 Rf8 17.Dh6+ y Axf6.) 16.Axh7+! Rf8 (16...Rxh7? 17.Dh5+ Rg8 18.Axf6 gxf6 19.Dh6! y Tf3, ganando.) 17.Axf6 gxf6, con peón de más.] 15.Axh7+! [No 15.Dxh5? f5.] 15...Rxh7 16.Dxh5+ Rg8
17.Axg7!! [Este segundo sacrificio fue el que hizo famosa a la partida, aunque para tener éxito debía calcularse hasta la jugada 22 desde la primera entrega.] 17...Rxg7 [A 17...f5 (o 17...f6), es ganador 18.Tf3 por ej.: 18...Af6 19.Axf6 Txf6 20.Th3! Rf8 21.Dg5 e5 22.Th7.] 18.Dg4+ Rh7 19.Tf3 e5 20.Th3+ Dh6 21.Txh6+ Rxh6 [Con torre y dos piezas por la dama, sería aceptable de no ser por la siguiente jugada.] 22.Dd7! [Ganando una pieza y la partida.] 22...Af6 23.Dxb7 Rg7 24.Tf1 Tab8 25.Dd7 Tfd8 26.Dg4+ Rf8 27.fxe5 Ag7 28.e6 Tb7 29.Dg6 f6 30.Txf6+! Axf6 31.Dxf6+ Re8 32.Dh8+ Re7 33.Dg7+ Rxe6 34.Dxb7 Td6 35.Dxa6 d4 36.exd4 cxd4 37.h4 d3 38.Dxd3
1–0
PROBLEMA Nº 481
Solución del problema Nº 480
Blancas: Re8, Cf8, Ch8, c3 (4)
Negras: Rf1, Cb1 (2)
Juegan las blancas y ganan
Este es uno de los notables estudios ideados por Lasker.
Las jugadas iniciales blancas son forzadas.1.c4 Cd2 [La única forma de intentar defenderse es atacando el peón, si los caballos blancos logran coordinarse, ganan con facilidad.] 2.c5 Cb3 3.c6 Cd4 4.c7 Cb5 5.c8=C! Naturalmente coronar dama o torre sería tablas tras 5…Cd6+ en cambio con tres caballos contra uno se gana. Las blancas ganan en 34 jugadas según lo confirma http://www.shredderchess.com/
Lasker, Em – Revista Novoye Vremya, 1894.