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Ocurrió que por su valor, sobre la hora, las autoridades del Touring y Automóvil Club Paraguayo (TACPy) decidieron instituirlo como un trofeo Challenger, o sea al ganador de 3 (tres) competencias anuales consecutivas o 5 (cinco) alternadas.
Con “gomita”
El trofeo, por entonces, le fue entregado, con “gomita” incluida, al ganador del primer Transchaco Rally (año 1971), Marcos Peña y acompañante, a bordo de una Toyota 1.000, de la categoría, “A”, quien obtuviera el menor puntaje en contra sobre los demás competidores.
Dunhill se retiró y entró su competidora, la Marlboro, por tres años, después vinieron Pepsi, Clayton etc., etc.
El trofeo de marras quedó en las vitrinas del Touring. Referencialmente, era el buque insignia del TACPy. Hacer comentarios acerca de su existencia y su destino prácticamente no estaba permitido.
Cuatro victorias al hilo
El que escribe estas líneas ganó consecutivamente y con el menor puntaje en contra, en los años 1973, 1974, 1975 y 1976, ocasión en que acudí, en consulta, por nota y en audiencia con autoridades de mi club, al respecto del citado trofeo.
Fue evidente que nota y audiencia no cayeron bien. Impensadamente me hice acreedor desde ese día de la antipatía de muchos, con la colaboración de ciertos periodistas que, alejados de la sana crítica, más cerca del improperio que del derecho, procuraban la simpatía de mis detractores, con apreciaciones que riñen con la capacidad profesional, el decoro y la ética.
Las respuestas
Obtuve como respuesta a mi consulta lo siguiente:
- Que no hubo ganadores absolutos en los años 1971 a 1975.
- Que no hubo un ganador en esos años, sino dos ganadores.
- Que, dicho en otras palabras, era deseo que el trofeo Dunhill permaneciera in totum y por siempre en las vitrinas del club.
Reparación histórica
Lo cierto y definitivo es que el trofeo Dunhill pertenece, como Challenger, a quien haya logrado tres victorias consecutivas o cinco alternadas. Esto deberá hacerse efectivo en la brevedad por las autoridades deportivas o judiciales, ajustado a derecho.
Por décadas me unió una relación de amistad y de mucho respeto con el Ing. Víctor Rubén Dumot, principal opositor de este tema con personales y muy peculiares razones al respecto, lo que motivó, reitero, por respeto a sus méritos y personal admiración, mi silencio… hasta hoy.
Sin lógica
Ofende a la inteligencia razonar que se acepte el supuesto improbable de que una competencia –ya sea automovilística, de fútbol, tenis o boxeo– tenga dos ganadore.
Algo así como que Sebastián Vettel (Red Bull) y Fernando Alonso (Ferrari), ambos, ganen el mismo Gran Premio de Fórmula 1.
Único caso
En este específico caso del trofeo Dunhill, uno, solo uno de los competidores lo ganó consecutivamente en tres ocasiones y con el menor puntaje en contra.
Esto en su momento deberá ser resuelto, ajustado a estricto derecho y a través de la sana crítica, por las autoridades deportivas de la entidad matriz del automovilismo, que por ética deportiva así corresponde.
Y esto sí que será una historia.
Por Juan Carlos Calvo, especial para ABC Color. Piloto ganador de cuatro ediciones del Transchaco Rally.
* NOTA DE MAÑANA: El sueño cumplido del sargento Severiano Caballero.