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La número uno del ranking WTA se impuso a la estadounidense Sloane Stephens por 3-6, 6-4 y 6-1, en un duelo que remontó tras un comienzo complicado, y festejó con lágrimas la conquista de un título que se le había negado en 2014 y 2017.
Llanto que reflejó el desahogo por la tensión contenida en un partido que parecía írsele de las manos y que recuperó con garra y con un corazón de campeona, sacudiéndose de paso el estigma de no haber podido conquistar nunca antes un “Major”.
“Estoy muy feliz de haber podido cumplir con el sueño que tenía desde que empecé a jugar al tenis y aquí, en París, en mi cancha favorita”, completó la rumana.
Final masculina. Rafael Nadal, el indiscutible rey de la tierra batida, y Dominic Thiem, considerado su heredero en esa superficie, pelean hoy (09:00) por levantar la Copa de los Mosqueteros de Roland Garros, que sería la undécima para el español y la primera para el austríaco.
Siete años y medio separan a Nadal, que acaba de completar 32, y a Thiem, que hace 25 en septiembre, aunque a los dos les une su voracidad en la arcilla. La tremenda temporada de ambos en esa superficie habla por sí sola. (ANSA/EFE).