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Lo mejor del equipo de la selección nacional se vio anoche solo en el segundo tiempo del partido amistoso ante El Salvador, que se hizo exigente en el primer período, pero luego no pudo contener el aluvión albirrojo y terminó con tres goles en su arco. La diferencia pudo haber sido mucho mayor si no fuese por la estupenda labor del arquero Portillo.
Fue la primera aparición de la selección en el año y se percibió un ambiente de fútbol que al final dejó optimismo en el aficionado de cara a lo serio que será a fines del mes próximo. Vienen los encuentros seguidos con Uruguay y Ecuador, fuera de casa, por las eliminatorias, y las variantes que probó en el juego de preparación de anoche el técnico Pelusso ha mostrado que el nuevo proceso tiene con qué ir mejorando. Tal vez el rival de ayer no fue el del calibre deseado, pero tampoco fue malo, y el nivel futbolístico principalmente que se impuso con el ingreso de Jonathan Fabbro genera confianza.
Pese a no ser muy superior en la primera parte, Paraguay generó muchas ocasiones en ese lapso y fue Pablo Aguilar quien patentó su racha goleadora con la Albirroja, que se puso en ventaja ante un adversario que evidenció ese golpe. Con fútbol de Fabbro, potencia de Luis Caballero y contundencia de Richard Ortiz, este con un doblete, muy temprano se sentenció el partido con el 3-0.
Se tuvo otras tantas para aumentar la diferencia, pero mucho tuvo que ver el golero rival. En fin, se ganó y se renueva la confianza en el equipo.