El Rally del Chaco

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El antiguo aeropuerto de Asunción fue el primer escenario de las carreras de autos que, hacia el final de la década del 50, no eran más que lo que hoy conocemos como "picadas", pues la cuestión estaba en recorrer los casi tres mil metros de pista, ida y vuelta, pata a fondo. Después, nació el Rally del Chaco.Nos escribe Víctor "Pocholo" Muñoz Altimira para contribuir con algunas precisiones importantes sobre hechos que le dieron vida al automovilismo paraguayo. Hacia mediados de la década del 60 comienza a escribirse la historia que, con el tiempo, se concretaría en cosas como: La ampliación de la sede de 25 de Mayo, la firma del contrato con la Shell, la adquisición del predio del Autódromo Aratirí y la organización de numerosas competencias, incluyendo una de Fórmula 1 argentina, ocasión en que grandes figuras del deporte motor llegaron por primera y única vez a nuestro país.   
   
En 1965, durante la presidencia del Dr. Juan Bautista Gill Aguinaga, se organiza la comisión deportiva del TACPy y es designado Pierpont Insfrán -destacado odontólogo y entusiasta "tuerca"- como presidente, quien a su vez elige a Víctor Muñoz Altimira como Comisario deportivo, a partir de lo cual empieza el denodado trabajo de crear un movimiento automovilístico que incluyera a todo el país.   

Los paraguayos queríamos ver carreras de autos, y los "tuercas" querían correr. Pero  había que tomar precauciones, por lo cual se organizaron carreras de regularidad en las que de nada valía correr más rápido ni llegar antes que todos, porque lo importante era cumplir todas las instrucciones de la hoja de ruta. Cada corredor tenía que llegar a la hora exacta marcada en su hoja, ni antes ni después. Eso equivalía a penalizar y a sumar faltas o puntos en contra. Es decir, ganaba el más puntual y, por las dudas, había también puestos de control secretos, por lo que era obligatorio mantener el promedio indicado.   

Primeras carreras   

Junto a los ya nombrados, formaron parte de esa primera camada de dirigentes personas conocidas en el ámbito automovilístico, como el Dr. Ramón Codas, Dr. Manuel Giagni, Don Carlos Carballo, Sr. Mauricio Libster, Dr. Carlos Mersán, Rubén Dumot, y Lali Heilbrum, entre otras. También en ese tiempo se produce la fundación del CPV, cuyo primer presidente fue Rolando Paoli y estos, con Estaque y van Humbeck como organizadores y pilotos al mismo tiempo, comenzaron a apuntalar la nueva especialidad deportiva. Esta actividad también entusiasmó a unos cuantos periodistas que se lanzaron de lleno a apoyar la nueva emoción: Julio Maldonado, René Olmedo, Guillermo Ares, Jaime Arditi, José María Troche, Vicente López Vega, "Sony" Ocampos, Pedro García, quienes incluso una noche de fiesta, en la casa de Pierpont Insfrán fundaron un "Centro de Periodistas de Automovilismo" que por cierto duró muy poco.   

Estaque y Van Humbeck se metieron y algunas personas más que nos disculpamos por no citarlas, además del  invalorable apoyo de los periodistas Vicente López Vega, Julio César Maldonado, Guillermo Ares y Fernando Cazenave,  entre otros, que sin el impulso de todos ellos se hubiese demorado mucho, pero mucho más, el movimiento del automovilismo en nuestro país.

Y una mención especial para el Ing. Aquiles Casali, artífice del Autódromo, de invalorable apoyo, y desinteresado, y los Ings. Lévera, Morales y Tessari, quienes  hicieron su tesis del Autódromo Aratirí.   

En rápida sucesión de los hechos, se puede decir que después de las dos o tres carreras de regularidad pura, comenzaron los "rallys", que contenían tramos de velocidad, de navegación y de regularidad.

Esta modalidad fue introducida y fomentada en el país por residentes argentinos conocedores del tema, como los recordados Ferrari y Cuevas, quienes con Gerardo Torcida, Luis Vargas Peña, Eduardo Felippo, Dieter Eissler, los hermanos De Barath, los hermanos Dumot y otros empezaron el movimiento de carreras en la Región Oriental.

Así llegaron las 6 Horas Shell, el Circuito Bosch, la Vuelta al Lago, el Rally de Ybycuí, a los que paulatinamente fueron sumándose otras pruebas. Fue así que la idea del Rally del Chaco nace a raíz y como resultado de una de las pruebas nombradas.   

Recuerda Muñoz Altimira que "en una de las clásicas reuniones de entrega de premios, después de uno de los citados rallys, y cito el lugar exacto: la playa de ventas de Genaro Peña, sobre la calle Mcal. López al lado de la Embajada del Japón, en la fiesta de entrega de premios del Rally realizado, participó también el señor Philip Bell. Esa vez fue la primera en que Bell me manifestó, con su precario castellano y mi poco inglés, la idea de hacer en el Chaco un rally como el Safari del Africa, prueba en la que participó él. Como comisario deportivo, le contesté que era imposible hacerlo por tratarse de una empresa colosal y otros argumentos que fácilmente asustan a cualquier persona, y fue cuando Philip me dijo en inglés: "Must be done" o sea "SE DEBE HACER", ya exaltado por mi insistente negativa". Esa noche prendió la idea.   

Y el Rally del Chaco se hizo    

El Dr. Gill Aguinaga era capitán de navío y excombatiente del Chaco. Escuchó la propuesta y opinó que había que hablar con el comandante de Ingeniería, a la sazón el Gral. Careaga, gran deportista, hincha de Ríver Plate y ex presidente de ese club. Atendió con deferencia a la delegación del TACPy y pidió una semana para responder.

Al cabo de siete días, se escuchó la respuesta afirmativa y una semana después salió una caravana con destino al Chaco, a fin de recorrer caminos y trazar el recorrido del que sería el primer Transchaco Rally. Ofreció de entrada un camión del Ejército Paraguayo de 4x4 y su frecuencia de radio de comandante con equipo y todo la ZP500 (ZULU PAPA 5 CERO CERO) que respondía al comando de todo el Chaco, y también un sargento baqueano para guiar a la comitiva. Completaban la dotación una Kombi de Diesa, un Land Rover ofrecido por Lali Heilbrum y un Jeep Wyllis Overland, que se quedó por el camino.   

Aquella primera edición del rally se denominó "Dunhill Transchaco Rally" y fue patrocinada por dicha empresa tabacalera representada en el acto de lanzamiento por su gerente en el Paraguay, el señor Francisco Escanciano, y por la Coca Cola, representada por su gerente, Alfonso Rojas del Puerto. En representación del Touring, participó Víctor Muñoz Altimira.   

La prueba había nacido… y, salvo tres años en que la insidia y la politiquería impidieron su realización,  regresó luego para seguir siendo el gran espectáculo automovilístico que el deporte paraguayo ofrece al mundo entero.
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