El “piki” paraguayo trasciende fronteras

El “piki vóley” paraguayo trasciende fronteras. Nuestros compatriotas son campeones del mundo. En Argentina esta disciplina se transformó en todo un “boom”.

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Este deporte, que es una combinación de fútbol con vóley, es muy practicado en nuestro país. Los compatriotas lo convirtieron en todo suceso en la capital argentina y sus alrededores, principalmente en las villas.

El año pasado la ciudad brasileña de Río de Janeiro albergó el primer Mundial de la disciplina, ganado por paraguayos.

Fernando Ramón Lugo (de Choré, San Pedro) y Esteban Dávalos (Ñemby, Central) habían sorprendido con la conquista de la corona del evento ecuménico cumplido en el vecino país. El éxito llegó luego de una preparación a “pulmón”, sin respaldo alguno. Cuando se dio la conquista, muchos se subieron al carro de los triunfadores con los homenajes.

Además, “Choré’i” y “Piru” participaron de los Juegos Olímpicos de Río. La disciplina había sido incluida en carácter de exhibición. Fue una linda experiencia para ir abriendo caminos.

El “piki” (o piqui) se practica en nuestro país desde hace mucho tiempo. Solo que no existía organización alguna. Ante esta cuestión fue creada la Asociación de Futvóley Paraguay (AFVP) para promover los eventos.

En abril del 2011 Paraguay ya se había consagrado campeón internacional de futvóley en la playa de Ipanema, en la modalidad de 4 vs. 4, con la estrella Julio César Romero (Romerito), como integrante del elenco. Por Brasil había competido Romario, uno de los íconos de “piki” brasileño, junto con Ronaldinho Gaúcho.

El binomio de oro, Lugo y Dávalos, recorre en la actualidad países para demostrar su talento, en una modalidad que requiere principalmente de una gran preparación física y destreza, que mueve mucho dinero, principalmente con las apuestas.

La zona de Hernandarias (Alto Paraná) es considerada como la “meca” del “piki”, que va en constante crecimiento. Este año se hizo la primera edición del Nacional en las instalaciones del Comité Olímpico Paraguayo, en Luque. Los consagrados fueron Javier Meza y Blas Cáceres, alias “Agi”. Fue un evento televisado que permitió aún más conocer detalles de la competencia. Igualmente en nuestro medio se disputa el fútbol-tenis, que cuenta con gran arrastre.

El canal argentino TN (TodoNoticias) emitió un informe desde La Matanza (Buenos Aires) en el que se consigna que son los paraguayos los que encuentran un “lugarcito” para armar la cancha y jugar allí. Obviamente los que practican el deporte se prenden al toque, los protagonistas directos y principalmente los apostadores. Antes de comenzar y durante el desarrollo mismo del partido el fanático guaraní no duda en plantear “vamos a parar” y así van corriendo los pesos.

“En un día ganás lo que ganás en un mes”, manifestó uno de los entrevistados en el vecino país. De acuerdo a los seguidores, los “caballos”, es decir, los jugadores o los mismos fanáticos, pueden vivir del “piki” a través de las apuestas. Los montos van variando, de acuerdo “a la cara del cliente”.

Para la elección del mejor binomio es todo un tema. Existen los que enseguida “flechan” a los de mayor potencial, mientras que otros arman la estrategia con los propios atletas, con una “regulada” inicial y la posterior arremetida para la adjudicación de los billetes por la ganancia.

Paraguay es noticia por la exportación de un deporte que les permite a sus jugadores obtener una ganancia importante, siempre y cuando puedan mantener el nivel y, por qué no, elevarlo. Todo depende del cuidado de los muchachos, porque “el que no corre, vuela”.

En “piki” los puntos se contabilizan como en el vóley, sin recuperación de saque. Se juegan 2 o 3 sets, siendo ganado cada uno de ellos por el primero que llega a 18 puntos, toda vez que tenga una ventaja de dos puntos sobre el rival. Se disputa con dos jugadores por equipo, aunque existe la otra versión, de cuatro contra cuatro.

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