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Los que tuvimos la dicha de ver jugar por primera vez al holandés, por el combinado “Tulipán” , en el Mundial que los Germanos organizaron, 42 años atrás, cuando Canal 9 transmitió por primera vez para nuestro país un Mundial de fútbol en diferido (no existía aún la tecnología de la actualidad), quedamos maravillados con el portentoso caudal futbolístico de aquel jugador elástico, de figura filosa que lució la casaca Nº 14.
Aunque dos años antes de la cita ecuménica teutona, allá por 1972, también el mismo canal televisivo ya trajo a sus pantallas un juego de Cruyff, al transmitir (también en diferido) el partido que Independiente y el Ajax de Holanda empataron 1-1 en Avellaneda, en el primer partido por la Copa Intercontinental que se jugaba entre los campeones de la Copa Libertadores y la de Europa, que en aquel entonces se disputaba en cotejos de ida y vuelta. Ya en ese encuentro Cruyff nos fascinó con un juego de alto nivel. Marcó a los 6 minutos un gol de antología haciéndole el sombrerito al arquero de los “Rojos”, Miguel Ángel “Pepe” Santoro, aunque después una artera patada lo sacó del partido a los 25 minutos de juego.
Johan fue el futbolista más influyente de toda una generación y un entrenador genial que cambió la historia del “Barça”. Fue la personificación del “fútbol total”, creado por el entrenador húngaro del Ajax Stefan Kovács y perfeccionado por el holandés Rinus Michels en la selección de su país. Era un método de juego en el que los defensores pasaban rápidamente a la ofensiva y en otros momentos los delanteros bajaban a defender. Todos para atacar y todos para defender era el lema y a una velocidad supersónica y de mucha precisión, cualidades muy difíciles de lograr al mismo tiempo en el fútbol de la actualidad.
El Ajax de la mano de Cruyff ganó tres veces al hilo la Copa de Europa, en los años 1971, 72 y 73, además de múltiples títulos nacionales, liderando a un equipo que pasó a la historia. Igualmente fue nombrado Jugador Europeo de los años en 1971, 1973 y 1974.
Luego de la última vuelta olímpica, en el 73, ante el Juventus de Italia, al que venció por 1-0 en el estadio del Estrella Roja de la ciudad de Belgrado, en aquel entonces capital de Yugoslavia, Cruyff fue tentado por el Barcelona de España, que lo adquirió en octubre de ese año en 2.000.000 de dólares, con una asignación mensual de 12.000 de la moneda norteamericana. El club catalán llevaba 14 años sin ganar un campeonato de Liga y esa misma temporada, recibiendo la gran ayuda del holandés, ganó de nuevo otro título local. Consagrado rápidamente en el difícil fútbol español, lideró en Alemania 74 a la inmortal “Naranja Mecánica”.
Quedó para siempre grabada en la memoria de los que presenciamos aquella jugada en la final del Mundial ante el dueño de casa, que desembocó en el penal a favor y que puso el parcial 1-0 a favor de Holanda. Antes de cumplirse el primer minuto de juego y desde su campo, Cruyff se llevó el balón eludiendo adversarios y al entrar al área grande fue detenido con infracción penal, que Neeskens lo transformó en gol desde los 12 pasos.
Aunque Holanda perdió 2-1 en la final ante la Alemania capitaneada por Franz Beckenbauer, el mundo futbolístico rindió tributo a ese fútbol prodigioso que llenaba todos los espacios de la cancha.
Antes del Mundial de Argentina 78 Cruyff protagonizó otro hecho destacable, al renunciar a participar en la máxima competencia del orbe para preservar la seguridad de su familia que anteriormente estuvo involucrada en un intento de secuestro.
Los millones de dólares que les ofrecía su Federación y los patrocinadores no lograron cambiar la decisión del entonces astro holandés de no participar del Mundial argentino.
“Hay momentos en que predominan otros valores en la vida y mi familia está por encima de todo”, explicó Cruyff en aquel momento de debate.
Luego de retirarse del fútbol activo, en 1984 y después de un breve paso como entrenador del Ajax, tomó las riendas del Barcelona en 1988 y durante ocho años fue el líder del mejor “Barça” de la historia, hasta ese momento, ganando el club catalán su primera Copa de Europa, en 1992, en Wembley. Tuvo la visión de hacer debutar a Josep Guardiola y Xavi, quienes fueron sus discípulos más aventajados. Guardiola en su mejor momento como entrenador del “Barça”, cuando ganaba todo lo que disputaba, había expresado que era la extensión de la filosofía dejada por Cruyff.
La muerte del mítico Hendrik Johannes Cruijff, como era su nombre real y conocido internacionalmente como Johan Cruyff, a los 68 años, en Barcelona, España, en la madrugada del jueves Santo, tras una dura lucha contra un cáncer de pulmón, conmocionó el ambiente del fútbol mundial. Su partida nos llevó a revivir la historia de uno de los mejores jugadores en los anales del fútbol. Pero no solo sobresalió por sus dotes futbolísticos, sino también por sus ideales e integridad como persona, que a lo largo de su carrera, primero como jugador y luego como entrenador, forjaron una figura, que ya de por sí era indeleble y que ahora tras su ida sin retorno se hizo perpetua.
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