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“Suban al carro, después ya no habrá lugar”, fue la frase del técnico Ramón Díaz, en la “mesa redonda” de la que participó el miércoles pasado en La Serena.
Con la Albirroja instalada en semifinales se renovaron los créditos para el equipo, una situación totalmente contraria a la que se tuvo no solo durante el proceso previo a la llegada a Chile, sino desde aquel día en que el entrenador divulgó la nómina de los 30 futbolistas, muy cuestionada, y mucho más luego del corte para dejar a los 23 coperos.
El panorama se hizo mucho más sombrío después de aquel amistoso ante Honduras, un día antes de cruzar la Cordillera de los Andes.
Llegó el día del estreno; enfrente estuvo Argentina, con amplia diferencia en las apuestas a su favor. El nivel futbolístico con el que se arrancó era tan parecido, o tal vez peor, de lo que vimos en la pésima campaña de las eliminatorias de Brasil 2014. Nos fuimos a reflexionar con una desventaja de 0-2 y con un rendimiento que presagiaba una gran “cachetada”. Lo del segundo tiempo fue distinto, evitamos lo peor y terminanos celebrando no solo el resultado (2-2), sino la actitud por sobre todo para reponerse a la adversidad.
A partir de ahí fueron diferentes los pensamientos, se le ganó a Jamaica, la clasificación a cuartos de final estaba más cerca que lejos, como se la veía antes del debut. Llegó Uruguay, ya con el pasaporte sellado para la siguiente fase y lo de anteanoche frente a Brasil, transformó en esperanza, ese gran descrédito de todos, y que no salga nadie a decir ahora otra cosa.
El fanatismo se apoderó de nuevo de la hinchada no solo por la clasificación a semifinales, sino de la manera cómo se enfrentó a Brasil y el señorío que mostraron los elegidos por Ramón Díaz para afrontar el juego. A diferencia de tiempos cercanos, Paraguay jugó como grande y el cuadro brasileño, a lo que le permitió el rival.
Haciendo un análisis de lo que fueron los tres compromisos de la fase de grupos y el gran gusto que nos dimos ante Brasil, en cuartos de final, nos podemos respaldar en aquel segundo tiempo ante los argentinos, la actitud con la que se arrancó ante Uruguay y por lejos, lo exhibido frente a los brasileños. Sobran créditos a favor del sueño de todo un país y el pensamiento de ganar por tercera vez la Copa América. El rival de mañana, a las 19:30, es Argentina, con sobrada jerarquía, pero los “leones guaraníes” están al acecho y hambrientos.
* Néstor Ortigoza. En la fría tarde de ayer se movilizó el plantel en el campo deportivo de la ENAP; solo fueron los que jugaron pocos minutos, los que no lo hicieron, más Néstor Ortigoza, quien trabajó diferenciado, con caminatas y trotes, en etapa de recuperación de un desgarro.
Miguel Samudio ya se entrenó con mayor intensidad y Richard Ortiz está habilitado tras la suspensión por dos amarillas.
* Conferencia. Nelson Haedo y Pablo Aguilar tuvieron contacto ayer con la prensa, obviamente en medio de un ambiente festivo. Coincidieron en expresar la confianza del grupo de cara a la gran confrontación de mañana.