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La historia del deporte está llena de hechos anecdóticos y particulares que son permanentemente recordados por los aficionados memoriosos y por quienes, como nosotros, escuchamos muchas de esas historias de boca de nuestros padres, parientes o amigos mayores. Aquí reunimos unos cuantos de esos acontecimientos que también hicieron historia pero que tampoco están en los libros, salvo en alguna crónica periodística perdida en el tiempo.Cuántas tertulias se volvieron interminablemente inolvidables por las ricas anécdotas contadas por sus propios protagonistas, especialmente en viajes compartidos por dirigentes, delegados, cuerpo técnico, jugadores y periodistas. Claro que entonces todo era más sencillo, más familiar. La entrada a los vestuarios no estaba vedada ni las concentraciones eran recintos impenetrables como ahora.
Partidí, puntapiés y calabozo
El 9 de agosto de 1906, un grupo de jóvenes luqueños fundaron el primer club de la ciudad: El Marte Atlético. Al siguiente domingo decidieron jugar un partido, para empezar a darle vida al club. Se trenzaron en un encarnizado partido donde la pelota y las canillas de los jugadores recibían igual cantidad de puntapiés. No había referí. Era "a todo juego". Claro, tantos muchachotes reunidos armaban tremendo alboroto.
No faltó un vecino "jaguai" que le pasó el chimento al comisario, quien interpretó que se estaba produciendo una "alteración del orden público" y no tuvo mejor idea que meter en un calabozo a todos los jugadores, ante la sorpresa del público que disfrutaba del espectáculo. Los parientes de los detenidos concurrieron a visitar al "capo" político de ese entonces, llamado Alfredo Duarte, pero no estaba. Se había ido a la capital, aprovechando el día festivo. Hubo que esperar la llegada del tren de las 7:00 de la noche. Solo unas horas después los deportistas fueron puestos en libertad, gracias a su intervención.
El fútbol en el interior
No se crea que el fútbol tardó mucho para instalarse en el interior del país. Ya en 1906, se fundaron El Porvenir de Ypacaraí y el 22 de Setiembre de Encarnación, dando el puntapié inicial para el nacimiento de un pujante movimiento nacional que expandía el fútbol en los alrededores de la capital, en las capitales departamentales y, ni qué decir, en las barridas de Asunción de principios del siglo XX. Hoy, más de 2.000 clubes activos militan en la UFI.
Los años sin fútbol
La vida política del Paraguay, en la primera mitad del siglo XX, se vio conmocionada por asonadas, revoluciones y hasta por una guerra internacional. Solamente estos acontecimientos imponderables incidieron para que algunos pocos años no hubiera fútbol. La primera vez fue en 1908, cuando el 2 de julio una sangrienta revuelta atacó violentamente al gobierno del Dr. Benigno Ferreira. El impacto fue tan grande que no solamente repercutió en el ambiente político, sino también en el económico, social y militar.
Adolfo Riquelme, el principal propulsor del fútbol, estaba en el bando victorioso, los radicales, y ya no le quedó tiempo para el fútbol. En el mes de octubre pasó a ocupar un Ministerio y tuvo que elegirse un nuevo presidente de la Liga Paraguaya, designación que recayó en el Dr. Eusebio Ayala, que no era precisamente un entusiasta de los deportes. Por eso no hubo campeonato en 1908 y la juventud optó por distraerse con olimpiadas de atletismo y carreras de bicicleta.
La siguiente vez fue en el año de 1922, y la causa, la misma: la revolución. No hubo campeonato, pero la Liga organizó dos selecciones: una, la selección nacional que compitió en el Sudamericano de Río de Janeiro, y que se consagró vicecampeona, y otra, a la que denominaron "Ndarekói la culpa", de la cual hablaremos un poco más adelante.
Y, por último, el campeonato de 1932 tampoco pudo realizarse. En primer lugar porque los disturbios del año anterior impidieron su normal desarrollo, que fue suspendido. Se reanudó en febrero de 1932 y concluyó en junio, cuando ya la guerra se había desatado. De allí en adelante, nunca más se interrumpió el normal desarrollo de los campeonatos.
Revistas deportivas
No pasó mucho tiempo desde el comienzo de las actividades peloteras para que apareciera la primera revista deportiva, dirigida por Junio Quinto Godoi, en 1908, a la que llamó "Vida Deportiva". Diez años después, Bartolomé Ferro publicó durante dos años "Gaceta del Sport" de la cual era propietario, director, administrador y publicista. Pero contó con dos grandes colaboradores; Guevarita y Sorazábal, dos caricaturistas insignes.
Más tarde aparecen otras publicaciones como "Paraguay Sport" de Miguel Giralt y Pedro García, "Golero" de Lizardo Campos Téllez, "Gaceta Deportiva" dirigida por Fernando Cazenave, en 1961, "Estadio", de Humberto Rubin, entre 1965 y 1967, "GoooL" editada por Miguel Giralt Barceló bajo la dirección de José María Troche, a la que sucedió un semanario, llamado "Penal". En ese tiempo se hizo famoso el semanario "Dale Ciclón" de los tiempos gloriosos de la azulgrana.
Aparecen, más tarde, "As Deportivo" dirigido por Julio del Puerto, Fernando Cazenave edita "Deporte sin KmiZ" y Leo Cohan confía a José María Troche la dirección de "Marca". En 1985, Juan Angel Gómez edita "Súper Deportivo" que dura dos años y después varios intentos efímeros que confirman la creencia de que en el Paraguay no funcionan las revistas deportivas.
Asesinato de Riquelme
El 17 de enero, el Coronel Albino Jara, ministro de Guerra, mediante un audaz golpe de Estado, depuso al presidente, Don Manuel Gondra. El Paraguay era un caos y todo hacía pensar que la incipiente democracia se encontraba al borde de su desaparición. Adolfo Riquelme, un gran deportista, era acérrimo enemigo de Jara y preparó un complot para restaurar la democracia, pero fue descubierto y fusilado en las cercanías de Villa del Rosario. Así murió, el 17 de marzo de 1911, el primer presidente de la Liga Paraguaya de Fútbol.
Club de marineros
El 6 de mayo de 1910 se fundó un club integrado en su totalidad por marineros y changadores de la Prefectura de Puertos: el Martín García. El club estableció su cancha en el Banco San Miguel, al otro lado de la bahía de Asunción. Se dice que el equipo jugaba con vehemencia y temperamento, pero no pudo obtener su ingreso en la Liga.
Víctima de la revolución
En la revolución de 1912, una de las más sangrientas de la historia, arrastrada por la pasión política, el 15 de mayo murió Bernardino Samaniego, el capitán del Nacional. Profunda conmoción causó en el mundo deportivo el luctuoso hecho. Una multitud acompañó el féretro a su última morada, y se vieron muestras de hondo pesar por la irreparable pérdida.
El primer Cerro Porteño
La historia registra un acontecimiento deportivo que hubiera sido intrascendente, si no fuera por el nombre que le pusieron al club fundado en Paraguarí, en 1910 y que no era otro que "Cerro Porteño", el mismo que eligieran los fundadores de la popular entidad capitalina, dos años después. Participó con ese nombre durante varios años en los torneos de la zona hasta que pasó a llamarse "Sudamérica", el club de donde provino Francisco "Chiqui" Arce.
Divisiones de ascenso
Sin duda que el año de 1910 fue prolífico para nuestro fútbol, pues ese año fue instituida la Segunda División, impulsada por el presidente, Eduardo Schaerer, quien además donó una copa para el campeón. Se fundó también la Tercera División que, en realidad, fue la precursora de las Divisiones Inferiores. Esta división fue creada por la Liga Paraguaya para ser integrada por equipos de menores de 18 años. Más tarde sirvió para darle emoción a la segunda, mediante la instalación del sistema de ascenso y descenso.
Hidalguía y caballerosidad
Olimpia y Libertad, por imperio de la reunificación del fútbol, dividido en dos y hasta tres ligas, en 1912, disputaron la final del campeonato de 1917, en la jornada inaugural del estadio de Sajonia. Olimpia, campeón de la Liga, era el favorito. A Libertad, campeón de la Liga Transitoria, sucedánea de la Liga Centenario, le daban pocas posibilidades de ganar. Pero el fútbol es así: el favorito cayó batido y el campeón fue Libertad. La gran cena del festejo del campeonato que había previsto el Olimpia fue cedida al club Libertad en gentil gesto; se llevó a cabo esa noche en el Hotel Cosmos, en medio de indescriptible alegría. ¿Se imaginan algo así, en estos tiempos? ¡Caballeros eran los de antes! dirían nuestros abuelos
Insólita final de 1918
Fue un torneo muy reñido. La primera vez que se enfrentaron Cerro Porteño y Libertad, en la historia. Hubo varias goleadas: Cerro Porteño 9-Marte Atlético 0; Guaraní 11-M. Atlético 1; River Plate 12-Sol de América 2. Cerro Porteño y Nacional empataron el primer puesto con 21 puntos. Participaron además: Olimpia, River, Guaraní, Libertad, Marte Atlético, Atlántida y Sol de América, que terminaron en ese orden el campeonato.
El primer partido se jugó el 10 de noviembre de 1918. Fue designado árbitro Plutarco Recalde. Abrió la cuenta Lázaro Avila para Cerro y a poco de empezar el segundo tiempo empató Faustino Casado y el partido terminó 1-1. Se jugaron 30 minutos de alargue. En los primeros 15, Nacional anotó por medio Escalada, pero por falta de visibilidad no se jugó el segundo tiempo suplementario. Y allí empieza otra historia.
Ese año hubo una terrible epidemia de gripe que causó estragos en la población. Los quince minutos restantes se jugaron después del año nuevo, exactamente el 12 de enero de 1919 y nuevamente fue Lázaro Avila el que empató el partido.
Tuvo que disputarse un nuevo partido de desempate, el 19 de enero, y este terminó igualado otra vez, pero en esta ocasión fue el Nacional el que logró empatarlo, merced a un gol de Clemente Ferreira a última hora.
Para la finalísima (tercer partido, el 26 de enero de 1919) la expectativa había llegado al clímax. Nacional ganaba 2-0 cuando faltaban veinte minutos. El público cerrista comenzó a retirarse cabizbajo y la hinchada de la Academia ya iniciaba sus festejos.
Entonces se dio una feroz arremetida azulgrana que anotó cuatro goles consecutivos en pocos minutos para consagrarse campeón 1918.
Ese día nació El Ciclón.
Partidí, puntapiés y calabozo
El 9 de agosto de 1906, un grupo de jóvenes luqueños fundaron el primer club de la ciudad: El Marte Atlético. Al siguiente domingo decidieron jugar un partido, para empezar a darle vida al club. Se trenzaron en un encarnizado partido donde la pelota y las canillas de los jugadores recibían igual cantidad de puntapiés. No había referí. Era "a todo juego". Claro, tantos muchachotes reunidos armaban tremendo alboroto.
No faltó un vecino "jaguai" que le pasó el chimento al comisario, quien interpretó que se estaba produciendo una "alteración del orden público" y no tuvo mejor idea que meter en un calabozo a todos los jugadores, ante la sorpresa del público que disfrutaba del espectáculo. Los parientes de los detenidos concurrieron a visitar al "capo" político de ese entonces, llamado Alfredo Duarte, pero no estaba. Se había ido a la capital, aprovechando el día festivo. Hubo que esperar la llegada del tren de las 7:00 de la noche. Solo unas horas después los deportistas fueron puestos en libertad, gracias a su intervención.
El fútbol en el interior
No se crea que el fútbol tardó mucho para instalarse en el interior del país. Ya en 1906, se fundaron El Porvenir de Ypacaraí y el 22 de Setiembre de Encarnación, dando el puntapié inicial para el nacimiento de un pujante movimiento nacional que expandía el fútbol en los alrededores de la capital, en las capitales departamentales y, ni qué decir, en las barridas de Asunción de principios del siglo XX. Hoy, más de 2.000 clubes activos militan en la UFI.
Los años sin fútbol
La vida política del Paraguay, en la primera mitad del siglo XX, se vio conmocionada por asonadas, revoluciones y hasta por una guerra internacional. Solamente estos acontecimientos imponderables incidieron para que algunos pocos años no hubiera fútbol. La primera vez fue en 1908, cuando el 2 de julio una sangrienta revuelta atacó violentamente al gobierno del Dr. Benigno Ferreira. El impacto fue tan grande que no solamente repercutió en el ambiente político, sino también en el económico, social y militar.
Adolfo Riquelme, el principal propulsor del fútbol, estaba en el bando victorioso, los radicales, y ya no le quedó tiempo para el fútbol. En el mes de octubre pasó a ocupar un Ministerio y tuvo que elegirse un nuevo presidente de la Liga Paraguaya, designación que recayó en el Dr. Eusebio Ayala, que no era precisamente un entusiasta de los deportes. Por eso no hubo campeonato en 1908 y la juventud optó por distraerse con olimpiadas de atletismo y carreras de bicicleta.
La siguiente vez fue en el año de 1922, y la causa, la misma: la revolución. No hubo campeonato, pero la Liga organizó dos selecciones: una, la selección nacional que compitió en el Sudamericano de Río de Janeiro, y que se consagró vicecampeona, y otra, a la que denominaron "Ndarekói la culpa", de la cual hablaremos un poco más adelante.
Y, por último, el campeonato de 1932 tampoco pudo realizarse. En primer lugar porque los disturbios del año anterior impidieron su normal desarrollo, que fue suspendido. Se reanudó en febrero de 1932 y concluyó en junio, cuando ya la guerra se había desatado. De allí en adelante, nunca más se interrumpió el normal desarrollo de los campeonatos.
Revistas deportivas
No pasó mucho tiempo desde el comienzo de las actividades peloteras para que apareciera la primera revista deportiva, dirigida por Junio Quinto Godoi, en 1908, a la que llamó "Vida Deportiva". Diez años después, Bartolomé Ferro publicó durante dos años "Gaceta del Sport" de la cual era propietario, director, administrador y publicista. Pero contó con dos grandes colaboradores; Guevarita y Sorazábal, dos caricaturistas insignes.
Más tarde aparecen otras publicaciones como "Paraguay Sport" de Miguel Giralt y Pedro García, "Golero" de Lizardo Campos Téllez, "Gaceta Deportiva" dirigida por Fernando Cazenave, en 1961, "Estadio", de Humberto Rubin, entre 1965 y 1967, "GoooL" editada por Miguel Giralt Barceló bajo la dirección de José María Troche, a la que sucedió un semanario, llamado "Penal". En ese tiempo se hizo famoso el semanario "Dale Ciclón" de los tiempos gloriosos de la azulgrana.
Aparecen, más tarde, "As Deportivo" dirigido por Julio del Puerto, Fernando Cazenave edita "Deporte sin KmiZ" y Leo Cohan confía a José María Troche la dirección de "Marca". En 1985, Juan Angel Gómez edita "Súper Deportivo" que dura dos años y después varios intentos efímeros que confirman la creencia de que en el Paraguay no funcionan las revistas deportivas.
Asesinato de Riquelme
El 17 de enero, el Coronel Albino Jara, ministro de Guerra, mediante un audaz golpe de Estado, depuso al presidente, Don Manuel Gondra. El Paraguay era un caos y todo hacía pensar que la incipiente democracia se encontraba al borde de su desaparición. Adolfo Riquelme, un gran deportista, era acérrimo enemigo de Jara y preparó un complot para restaurar la democracia, pero fue descubierto y fusilado en las cercanías de Villa del Rosario. Así murió, el 17 de marzo de 1911, el primer presidente de la Liga Paraguaya de Fútbol.
Club de marineros
El 6 de mayo de 1910 se fundó un club integrado en su totalidad por marineros y changadores de la Prefectura de Puertos: el Martín García. El club estableció su cancha en el Banco San Miguel, al otro lado de la bahía de Asunción. Se dice que el equipo jugaba con vehemencia y temperamento, pero no pudo obtener su ingreso en la Liga.
Víctima de la revolución
En la revolución de 1912, una de las más sangrientas de la historia, arrastrada por la pasión política, el 15 de mayo murió Bernardino Samaniego, el capitán del Nacional. Profunda conmoción causó en el mundo deportivo el luctuoso hecho. Una multitud acompañó el féretro a su última morada, y se vieron muestras de hondo pesar por la irreparable pérdida.
El primer Cerro Porteño
La historia registra un acontecimiento deportivo que hubiera sido intrascendente, si no fuera por el nombre que le pusieron al club fundado en Paraguarí, en 1910 y que no era otro que "Cerro Porteño", el mismo que eligieran los fundadores de la popular entidad capitalina, dos años después. Participó con ese nombre durante varios años en los torneos de la zona hasta que pasó a llamarse "Sudamérica", el club de donde provino Francisco "Chiqui" Arce.
Divisiones de ascenso
Sin duda que el año de 1910 fue prolífico para nuestro fútbol, pues ese año fue instituida la Segunda División, impulsada por el presidente, Eduardo Schaerer, quien además donó una copa para el campeón. Se fundó también la Tercera División que, en realidad, fue la precursora de las Divisiones Inferiores. Esta división fue creada por la Liga Paraguaya para ser integrada por equipos de menores de 18 años. Más tarde sirvió para darle emoción a la segunda, mediante la instalación del sistema de ascenso y descenso.
Hidalguía y caballerosidad
Olimpia y Libertad, por imperio de la reunificación del fútbol, dividido en dos y hasta tres ligas, en 1912, disputaron la final del campeonato de 1917, en la jornada inaugural del estadio de Sajonia. Olimpia, campeón de la Liga, era el favorito. A Libertad, campeón de la Liga Transitoria, sucedánea de la Liga Centenario, le daban pocas posibilidades de ganar. Pero el fútbol es así: el favorito cayó batido y el campeón fue Libertad. La gran cena del festejo del campeonato que había previsto el Olimpia fue cedida al club Libertad en gentil gesto; se llevó a cabo esa noche en el Hotel Cosmos, en medio de indescriptible alegría. ¿Se imaginan algo así, en estos tiempos? ¡Caballeros eran los de antes! dirían nuestros abuelos
Insólita final de 1918
Fue un torneo muy reñido. La primera vez que se enfrentaron Cerro Porteño y Libertad, en la historia. Hubo varias goleadas: Cerro Porteño 9-Marte Atlético 0; Guaraní 11-M. Atlético 1; River Plate 12-Sol de América 2. Cerro Porteño y Nacional empataron el primer puesto con 21 puntos. Participaron además: Olimpia, River, Guaraní, Libertad, Marte Atlético, Atlántida y Sol de América, que terminaron en ese orden el campeonato.
El primer partido se jugó el 10 de noviembre de 1918. Fue designado árbitro Plutarco Recalde. Abrió la cuenta Lázaro Avila para Cerro y a poco de empezar el segundo tiempo empató Faustino Casado y el partido terminó 1-1. Se jugaron 30 minutos de alargue. En los primeros 15, Nacional anotó por medio Escalada, pero por falta de visibilidad no se jugó el segundo tiempo suplementario. Y allí empieza otra historia.
Ese año hubo una terrible epidemia de gripe que causó estragos en la población. Los quince minutos restantes se jugaron después del año nuevo, exactamente el 12 de enero de 1919 y nuevamente fue Lázaro Avila el que empató el partido.
Tuvo que disputarse un nuevo partido de desempate, el 19 de enero, y este terminó igualado otra vez, pero en esta ocasión fue el Nacional el que logró empatarlo, merced a un gol de Clemente Ferreira a última hora.
Para la finalísima (tercer partido, el 26 de enero de 1919) la expectativa había llegado al clímax. Nacional ganaba 2-0 cuando faltaban veinte minutos. El público cerrista comenzó a retirarse cabizbajo y la hinchada de la Academia ya iniciaba sus festejos.
Entonces se dio una feroz arremetida azulgrana que anotó cuatro goles consecutivos en pocos minutos para consagrarse campeón 1918.
Ese día nació El Ciclón.