Cosecha de afuera no se aprovecha en casa

La selección paraguaya no pudo una vez más cerrar un combo perfecto y con la derrota sufrida anoche frente a Uruguay, por 2-1, todo lo bueno que se hizo contra Chile queda en saco roto. Al esfuerzo con algo de protagonismo le faltó precisión y nos castigó el infortunio.

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Cuesta aceptar dónde estamos

Después de lo que se logró en Santiago, la Albirroja de nuevo entusiasmó al hincha, se tuvo un marco estupendo anoche en el Defensores, pero el resultado no fue el esperado pensando en cerrar en una mejor posición en la clasificación de la que estábamos antes del combo que se cerró anoche. Si bien pasamos del octavo lugar al séptimo, pero a tres puntos de la zona de repechaje. Nos resistimos a darnos por eliminados, pero haciendo un recuento después de los dos compromisos de la nueva ronda, vemos que Chile no sumó ningún punto, Argentina logró un par de los seis y siguen por delante de nosotros en la ruta a Rusia 2018. La caída sufrida frente a los uruguayos hacen que la victoria obtenida en Santiago no sirva del todo y tal vez con la cabeza fría nos pondremos a analizar o tratar de encontrar por qué nos cuesta tanto ganar de local.

Pasaron ocho en estas eliminatorias, en ninguno se pudo tener la serie perfecta. Lo de anoche, si bien se sabía que iba a ser un partido complicado, se apostó a una alegría que se hizo esquiva. En medio de un intenso ritmo a lo largo del primer tiempo, nadie sacó ventaja y frente a cada arco una sola emoción de gol se vivió.

Quedaba el segundo período, ya con el Topo Cáceres cambiado por lesión en la primera parte y un par de defensores amonestados. No se miraron estas situaciones y se imprimió mayor esfuerzo, se le tuvo más en su campo al cuadro charrúa, pero no marcamos diferencia en el arco rival. Cuando estaba la sensación flotando de que podría llegar el gol albirrojo, fue el uruguayo que llegó tras un remate del debutante Valverde, que tras desviarse en Ortiz venció la estirada de Silva. No quedaba otra que salir a buscar el empate, pero la fortuna le sonrió a Uruguay; una de sus figuras, Suárez, después de eludir a Antony remató al arco, la pelota fue al travesaño y del rebote fue a chocar en Gómez y adentro. Era del 2-0 lapidario por lo que pasaba en la cancha, los tiempos se acortaron, Ángel Romero descontó, pero ya fue tarde.

Sumamos tres afuera, no aprovechamos en casa y restan dos partidos. Nos cuesta aceptar dónde estamos.

Las claves

1. En primer lugar, Uruguay supo marcar la diferencia en el arco, sin importar cómo, a pesar de no ser más en el campo de juego. Cuando se tiene esfuerzo y no hay claridad para sacar provecho de las situaciones generadas, cuesta mucho más conseguir el objetivo principal: ganar.

2. Algo de fortuna estuvo del lado del adversario, más en las dos anotaciones y tal vez para dar hasta un inmerecido premio, como el que tuvo el juvenil uruguayo Federico Valverde, que tras pasar casi desapercibido en el campo, sacó un remate que, luego de desviarse en Ortiz, fue adentro.

3. El intento de remontar la doble ventaja charrúa no prosperó, pues después del descuento de nuevo se tuvo un par de ocasiones para empatar, pero sin final. Al esfuerzo del equipo le faltó claridad en el ataque y el rival tuvo más paciencia, algo que nos faltó a nosotros. Faltó rematar.

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