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Cuando no tuvo fútbol expuso personalidad
El Cerro Porteño de ayer, en algunos pasajes del encuentro, fue superado futbolísticamente, pero en el momento de mostrar personalidad y contundencia frente al arco rival, fue muy superior a La Academia.
Al comienzo parecía que el Ciclón arrasaría con su rival. Casi un minuto de juego y los locales ya marcaron el gol inaugural. Pelota larga que Canale rechazó con tanta mala fortuna que el balón pegó en Colmán y volvió hacia el área visitante, Jacquet se “duerme” y aprovecha Alfio Oviedo rematando por encima del arquero Rojas. Cerro motivado por el aliento de sus seguidores se fue adelante, tratando de noquear a su rival, sin embargo, el asedio cerrista duró solo 10 minutos. Después Nacional le robó el balón y también se animó a inquietar arriba. El empate no tardó en llegar, 19 minutos, jugada por la derecha, Pallas duda y Adam Bareiro, cede el esférico a Argüello, quien remata ante la salida de Silva, estableciendo la igualdad.
La Academia al emparejar el cotejo se sintió satisfecho y aminoró el ritmo. Tampoco Cerro tuvo muchas respuestas en el momento de buscar el arco tricolor, por el contrario, entró en un momento impreciso que facilitó la labor defensiva de la visita.
En la complementaria, pronto Cerro encontró la llave del éxito. Solo 8’ y Ruiz que aprovecha otra desatención para establecer el 2-1. Los albos trataron de recomponer sus líneas, pero ya sin el ímpetu de la etapa inicial. A pesar de que Nacional se llenó de delanteros no tuvieron ocasión frente al arco de Silva.
Con el ingreso de Candia por Oviedo, la intención de Álvarez fue achicar los espacios en su campo y apostar por el contragolpe.
Y uno de ellos fue letal: corrida por la derecha de Raúl Cáceres, centro que fue conectado de nuevo por Ruiz, estableciendo el 3-1, con sabor a final.
Así Cerro se encamina al cetro del campeonato, porque cuando le falta fútbol aparece la personalidad que al parecer es de hierro.