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En la práctica, la ley vigente otorgaba categoría de sede diplomática a la sede de la CSF, como si se tratara de un país integrante de las Naciones Unidas.
El diputado Rubín expresó la necesidad de que nuestro país demostrara seriedad en el control sobre su propio territorio. Reveló, además, que hubo presiones para intentar evitar la derogación de esta ley, con la amenaza de cambiar de país la sede del organismo del fútbol continental.
En principio, los diputados, como los colorados José M. Ibáñez y Clemente Barrios, plantearon que el proyecto sea analizado antes por las comisiones, pero cambiaron de postura. La aprobación se dio por 68 votos a favor y 7 abstenciones.