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Con este triunfo, Argentina ha ganado en el inicio de los últimos seis mundiales y encamina su pase a la siguiente ronda en un grupo que integran además Nigeria e Irán. Como el resultado lo muestra, el partido no fue fácil para el equipo de Alejandro Sabella, que se vio enfrentado de igual a igual por una selección debutante en Copas del Mundo y tuvo que esperar para que su gran estrella se inspirase.
“Haciendo un balance de los dos tiempos, pondríamos un seis. Debemos mejorar”, admitió Sabella al final del partido, señalando que tuvo que cambiar de esquema en el entretiempo porque al equipo “le faltaba llegada, complicar al rival, ponerlo en situación de riesgo” .
Para Argentina, el partido se simplificó desde el inicio con una acción fortuita: Sergio Agüero sufrió una falta en la izquierda, Messi pateó el centro al área y Marcos Rojo peinó la pelota que rebotó en la pierna de Kolasinak y se metió junto al palo del impotente Asmir Begovic.
Pero el equipo de Sabella no se soltó con el gol, no hacía pie en el medio y los bosnios comenzaron a merodear el área de Sergio Romero. A Sabella no le funcionaba su conservador 5-3-2, que había utilizado en un amistoso ante Bosnia en noviembre pasado que Argentina ganó 2-0, y por el que optó en lugar del más ofensivo con los “cuatro fantásticos” en ataque liderados por Messi.
Para dar una idea de lo que le costó llegar a Argentina en ese primer tiempo, el primer remate al arco, desviado, fue de Maxi Rodríguez a los 30 minutos, seguido dos minutos después por otro de Mascherano que rechazó Begovi.