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El jugador del Barcelona sentenció el pleito en el que había puesto en ventaja a la “canarinha” con un golazo de tiro libre a los 27’ que festejó el mismísimo Usain Bolt en las tribunas del Maracaná.
Un Maracaná colmado por unos 72.000 espectadores que presenciaron el “exorcismo” del escenario de una de las grandes frustraciones del fútbol brasileño hace 66 años, cuando cayó 2-1 ante Uruguay en el primer Mundial que albergó en la historia.
Hoy, en ese mismo estadio, Brasil festejó un oro olímpico inédito que parecía escapársele cuando a los 59’ Maxilimian Meyer congeló los corazones del pueblo “verdeamerelo” al establecer el empate parcial para Alemania.
El “verdugo” de Brasil en la segunda Copa del Mundo disputada en este país hace dos años, con aquel categórico 7-1 en semifinales, estuvo a punto de provocar una nueva herida, pero terminó fallando desde los 12 pasos y el festejo cambió de lado.
En un partido intenso, de ida y vuelta, Brasil quiso más y tuvo su premio, pero sufrió hasta el final, pues luego de 120’ de juego no pudo volver a marcar diferencias y debió esperar al último penal para sacarse una espina histórica.
Neymar fue finalmente la “bala de plata” que espantó los fantasmas y marcó el último remate de una serie en la que también convirtieron Renato Augusto, Marquinhos, Rafael Alcántara y Luan.
Alemania había acertado con Matthias Ginter, Serge Gnabry, Julian Brandt, Niklas Suele, pero Nils Petersen malogró el último penal de la serie (previo al pateado por Neymar), convirtiendo en héroe también al arquero local Weverton.
Por él y por Neymar, el fútbol más laureado del planeta, con cinco títulos mundiales, pudo sumar finalmente el oro olímpico que México le había negado hace cuatro años, al vencerlo 2-1 en la final de Londres.
Más temprano, Nigeria se aseguró el bronce al derrotar por 3-2 a Honduras y completó su “podio” personal, pues había sido oro en Atlanta 96 venciendo en la final a Argentina, que se vengó en Pekín 2008 y la relegó a la medalla de plata.
Los hinchas brasileños coparon la ciudad para el gran festejo.