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De acuerdo con el semanario alemán, en la votación en julio del 2000, con una “caja negra” se sobornó a cuatro representantes asiáticos del comité ejecutivo de la FIFA, lo que dio a Alemania la elección como sede del torneo por 12 votos frente a 11 para Sudáfrica, que sería “compensada” cuatro años después.
Cuatro votos, según el semanario, que se pagaron a través de una cuenta secreta en la que el entonces jefe de Adidas, Robert Dreyfuss, depositó cerca de 11 millones de dólares.
“Es una nota inconsistente”, afirmó la entidad, que destacó que dicho informe no aportó documentación alguna respecto de lo que denuncia y anticipó que se reserva el derecho de demandar al periódico por difamación.
La FIFA promete investigar
La FIFA recogió rápidamente el guante y aún cuando está inmersa en un escándalo de corrupción sin precedentes para su historia, prometió investigar “las graves acusaciones” de la publicación. Una tarea que la FIFA aún gobernada por Joseph Blatter y sospechada también de haber “vendido” las sedes de Rusia 2018 y Qatar 2022 (situación que investigan la justicia estadounidense y la suiza), promete realizar “bajo la dirección de su director legal, con la asistencia de consultores externos”.