Curiosidades del “Saltarín Rojo”

Arsenio Pastor Erico Martínez (falleció en 1977), considerado por muchos paraguayos y extranjeros como el mejor futbolista que nació en nuestra tierra, es una figura mítica harto conocida para los futboleros y futboleras, sus inicios en Nacional, la Cruz Roja, el romance con el gol en Independiente de Avellaneda, hombre récord en Argentina, la admiración de Di Stéfano, y otras tantas. A pesar de esto siempre hay más para descubrir sobre el eterno Erico.

Una de las tantas tapas de revistas o suplementos deportivos en los que apareció en aquellos tiempos el gran Arsenio Erico. Una foja cargada de elogios y consagraciones.
Una de las tantas tapas de revistas o suplementos deportivos en los que apareció en aquellos tiempos el gran Arsenio Erico. Una foja cargada de elogios y consagraciones.

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El considerado “Saltarín Rojo”, “Paraguayo de Oro”, el “Ángel que jugó por los Diablos” y el “Duende Rojo” también tiene en su foja exquisita curiosidades y a continuación 15 de ellas. La historia de un grande del fútbol más allá de nuestras fronteras que nació en Asunción 30 de marzo de 1915 y falleció en Buenos Aires el 23 de julio de 1977, a las 62 años.

Descendiente de italianos

Paolo Erico y María Paciello, fueron los abuelos de Arsenio Erico, ambos nacieron en el pequeño pueblo de Pozuolli, una pequeña comunidad cerca de la ciudad de Nápoles en Italia. Según recogió Jorge Barraza en su libro “Erico para siempre“, la pareja viajó a Paraguay, específicamente a la capital, en 1885. Sus tres hijos fueron: Gregorio, Juan Alberto y Guillermo, este último fue el padre del histórico futbolista.

No empezó como delantero de área

El máximo goleador de la historia del fútbol argentino hasta hoy día, autor de 295 anotaciones vistiendo la camiseta de Independiente de Avellaneda, no se inició como un animal del área como muchos podrían suponer. En una entrevista con la conocida revista Argentina “Goles” en 1975 el propio Erico lo confirmó. “Yo no era goleador cuando empecé a jugar, lo hacía de half izquierdo”, contó el paraguayo refiriéndose a la ahora extinta posición dentro del campo que lo ubicaba como una especia de lateral-volante.

“Me inicié como centerfoward cuando hicimos la gira con la Cruz Roja para solventar los gastos de nuestro ejército“, explicó Erico.

Jugó lesionado gran parte de su carrera

El “Saltarín Rojo” gozó durante sus años de fútbol de un físico privilegiado, agilidad y elasticidad son las palabras más leídas al hablar del cuerpo de Erico, estas características le permitieron hacer todo tipo de acrobacias dentro del campo de juego. Sin embargo, sufrió duramente por una lesión de meniscos. Jorge Barraza relata en su libro que Erico jugó “casi el 70% de su carrera disminuido” por dicha lesión y agrega que en esa época ese mal podía arruinar la carrera de un futbolista, aunque no fue suficiente para detener a Erico.

Inspiró tangos, poemas y canciones

El fútbol y la cultura popular siempre han ido de la mano los atletas y su imagen se vuelven conocidos para todo el público, sin embargo en los 50 y los 60 no existía la misma cobertura de los medios que hoy en día ni tan poco el marketing, aún así, el gran goleador inspiró a artistas nacionales y extranjeros. Algunas veces le dedicaron sus obras a él y en otros casos usaron su nombre y apellido como referencia o mención.

Estuvo cerca de jugar la Copa América

Pese a sus cualidades y a su fama, Erico nunca jugó con la camiseta de la selección paraguaya, principalmente porque en aquella épocas no era habitual convocar a un futbolista que no esté jugando en el país. Pero en 1937 el Sudamericano, lo que sería la actual Copa América, se disputaba en Argentina. Erico pidió permiso para participar, al igual que el compatriota Benítez Cáceres, lo relata así la familia de Erico. La Asociación de Fútbol Argentina (AFA) les negó la posibilidad a ambos, ya que temían que Paraguay fuera un obstáculo insuperable para ellos en el torneo. Finalmente, la albiceleste se quedó con la Copa y los fanáticos con las ganas de ver a Erico.

Un triplete ensangrentado

Apenas iniciado la guerra del Chaco el campeonato paraguayo se de detuvo. Entonces se conformó el famoso equipo de La Cruz Roja, una selección de compatriotas cuyo objetivo era recaudar dinero para las tropas y heridos entreteniendo a las multitudes con su talento en distintos partidos amistosos. Jugaron en Uruguay, en Paraguay y en Argentina. Durante un encuentro en Santa Fe, los paraguayos perdían 1-0 y Erico, intentando empujar un balón, terminó cabeceando el palo y abriéndose la cabeza. Tras las curaciones y vendajes, decidió retornar al campo y marcó tres goles para el triunfo de su equipo.

Es el 1 hasta para el 1

“No lo conocí personalmente a Arsenio Erico, pero me han hablado mucho de él, como persona y como futbolista. No tengo ninguna duda al respecto: Arsenio Erico fue el más grande deportista que dio mi país, el número 1”, firma José Félix Luis Chilavert. Tan grande es Erico que uno de los máximos exponentes de la historia del fútbol sudamericano, un arquero histórico que lo ganó todo con Vélez Sarsfield y enorgulleció al país vistiendo la camiseta de la Albirroja, lo reconoció como el más grande deportista de nuestro país, según recoge Barranza en su libro.

Otros apodos

El popular “Saltarín Rojo” tiene muchos apodos más. Utilizados por los distintos reporteros que cubrían sus hazañas y se iban quedando sin adjetivos. A cada nueva proeza que desafiaba la lógica, un nuevo apodo para ilustrar a los espectadores que no podían ver las transmisiones de los partidos pero si las leían al día siguiente en los diarios lo que habían vivido. “El Paraguayo de oro“, “El diablo saltarín“, “El hombre de goma“, “El trampolín invisible“, “El ángel alado“, “El hombre de mimbre“, fueron algunos de ellos.

Independiente pagó su pase dos veces

Si bien debutó en Nacional, Erico impresionó a los argentinos jugando con la Cruz Roja. Independiente realizo unas gestiones diplomáticas y le abonó a la Cruz Roja el pase del futbolista, aunque su ficha no había salido de la Liga Paraguaya. Años más tarde, Erico tuvo una discusión con los directivos del conjunto de Avellaneda y volvió al país para jugar con la Academia. Tras convencerlo de que retorne a Argentina, Independiente debió abonar su pase al Trico lo que se convirtió en su “segunda” transferencia al club argentino.

No era el mejor de los Erico

Arsenio no era hijo único y tenía dos hermanos. Armando y Adolfo, ambos fueron futbolistas y se destacaron jugando en Nacional. Armando era delantero y cuando Arsenio se fue a Independiente ocupó su lugar en el Albo mientras que Adolfo jugó siempre como interior izquierdo. Según las palabras del propio Arsenio, su hermano Adolfo era tan habilidoso que para él era el mejor de los tres hermanos. Arsenio siendo visitado por su hermano Adolfo en el vestuario.

Soltero toda su carrera

Pese a que pretendientes no le habrán faltado y a que en aquella época la gente acostumbraba casarse más bien joven el recordado atleta no se casó durante sus años de jugador. Erico afirmó en una charla con Dante Panzeri que una de las claves de su éxito fue esa. “Nunca tuve un desgarro por malas noches, nunca me vi en malas condiciones por la liberalidad de la vida de soltero. Y además vivía solo. Iba a Avellaneda en colectivo, nos entrenamos dos veces por semana, martes y jueves, y después me encerraba en mi casa hasta el partido del domingo”. Erico se casó finalmente a los 45 años con Aurelia Blanco el 20 de febrero de 1960.

Elegante y generoso con su armario

Arsenio era conocido por ser una persona muy humilde y sencilla en el trato con los demás pero también muy elegante en el vestir. El compatriota participó de varias sesiones de fotos para marcas y los diarios. Según cuentan era generoso todos los compatriotas y con sus compañeros de profesión que iban a visitarlo. A los visitantes Arsenio les ofrecía refugio, comida y también sus ropas. “En su casa recibía a todos los compatriotas que necesitaban algo, les prestaba su traje, sus corbatas, su auto y hasta la cama“, recuerda Pedro Ricciardi, gran amigo de Erico.

Una copita antes de entrar

Erico confesó en una entrevista con la revista Goles en 1975 que el Dr. Barbieri le daba unos minutos antes de ingresar a la cancha una copita de whisky para que “entrara más entonado” a los partidos. Hoy en día algo similar suena impensable pero son la clase de anécdotas que solo se pueden encontrar cuando se habla del fútbol de antes.

No quería hacer sentir mal a sus rivales

Su gran amigo Ricciardi recuerda la amabilidad de Erico incluso con los adversarios. “Arsenio les tenía prohibido a sus compañeros de Independiente que lo abrazaran en los goles. Ese era el acuerdo: Él saludaba al arquero, le daba la mano y lo levantaba si hacía falta. No quería hacer sentir mal a los rivales”.

Su último gol con Independiente

De los goles de Erico se conocen mil historias suspendido en el aire, de volea, marcando haciendo el escorpión, etc, sin embargo pocos conocen los detalles de su último gol como Diablo Rojo. Fue en un Independiente-Huracán el 30 de junio de 1946 a los 64 minutos de juego. El rival consiguió un meritorio 3-3 gracias a un doblete de la joven figura Alfredo Di Stefano pero el Erico hizo un último salto vestido de rojo para lograr el 4-3 definitivo y darle una última alegría a los fanáticos argentinos.

@martinriera93

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