Cargando...
“Estoy viviendo en Roque Alonso hace unos años en casa alquilada, pero soy asunceno, de Tuyucuá o barrio Las Mercedes, como se llama”, señaló a nuestra hoja don Hermes Celestino González Flores, nacido el 6 de abril de 1935, por lo que acaba de cumplir 85 años de edad. El mismo fue integrante del equipo que en una encuesta hecha por este diario fue elegido como el cuadro que mejor fútbol exhibió en el siglo pasado.
Preguntado acerca de sus compañeros de aquel Libertad del 55, manifestó: “Dos nomás ya quedamos del 55, Máximo Rolón y yo. Solemos mantener contacto. Otros grandes compañeros ya nos dejaron y nos esperan para conformar el equipo. Es lo que nos toca a todos”.
Recordando sus años de infancia, señaló: “La mayoría de ese plantel del 55 éramos del barrio en los alrededores de la cancha de Libertad. Teníamos un grupo que nos juntábamos a jugar en los baldíos ahí por las calles Valois Rivarola y Kuzmanisch. Jugábamos barrio contra barrio y ahí cerca había tajamares que se utilizaban para regar las plantas y verduras. Al jugar todo nos tirábamos al tajamar para bañarnos. Y también atendíamos las huertas de repollo, zanahoria, etc. que había muchas por la zona”.
Siguió relatando: “Por ahí también vivía el famoso Delfín Benítez Cáceres, quien jugó en Boca Juniors de la Argentina. Él vivía frente mismo a la cancha de Libertad. A las 6:00 de la mañana iba a entrenar en el club. Yo iba siempre a verlo y me hice amigo de él hasta que comenzamos a entrenar. Por lo visto vio la forma que me manejaba dentro de la cancha y mi dominio de pelota. Me preguntó mi edad, 9 años, le dije. Me dijo si quería entrenar y le dije sí. Comenzamos a pelotear y me dijo vos vas a llegar lejos en el fútbol. Me enseñaba la técnica, la curva para patear tiros libres, remates de tres dedos, todo eso ya existía. Yo me entusiasmaba muchísimo al practicar con un grande de esa época”.
Don Hermes, continuó historiando: “Después vino Fleitas Solich para dirigir a selección en el Sudamericano de Lima Perú en el 53. Era entrenador del Flamengo y ganó todos los títulos con ese equipo. En la despedida, una semana antes de ir a Lima se hizo un partido en cancha de Libertad entre dos equipos que eran una mezcla de los jugadores de la selección. Yo como criatura estaba jugando balita firruca (con cajas de fósforos y figuritas). Ocho jugadores de Libertad eran titulares en esa selección. El capitán era Manuel Gavilán. Yo estaba jugando y me llamó Gavilán a invitarme a entrenar. Yo le dije que no, ni esperaba. Los de mi barra empezaron a gritar, Hermes, Hermes. Entonces fui a equiparme y entré, vi tanta gente a mi alrededor y me impresionó. Gavilán me dijo tranquilo, hacé lo que sabés hacer, decidido, no le hagas caso a nadie. Me pusieron de suplente. El titular era Ángel Berni. Yo tenía 12 años”.
Prosiguió: “Yo en mi casa tenía prohibido jugar al fútbol. Entré en ese partido y don Pedro García, el primer relator de fútbol en Paraguay transmitía. Mi papá estaba en la casa escuchando el relato. Ganábamos 2-0 en el primer tiempo con un gol mío. En el entretiempo, en el camarín, Fleitas Solich me dio la camiseta del equipo titular. Segundo tiempo jugué en el cuadro titular y metí dos goles. Papá escuchaba, Don Pedro, decía, vinimos a ver a los titulares de la selección, pero vemos a un chico de 12 años que juega maravillosamente. Creo que se llama Hermes González. Escuchó mi papá. Terminó el partido, me bañé rápido en el tajamar y corrí a casa, ya eran casi las 7 y si llegaba a esa hora ya cobraba”.
Comentario radial
El relato anecdótico de Hermes siguió con: “Onda deportiva, se llamaba el programa de Pedro García. Estando yo en casa empezó a alabar a la selección que daba esperanzas para el Sudamericano de Lima. Y dijo, un chico morochito fue un espectáculo en la despedida de la selección y se llama fulano. Papá me miró y me dijo, vos sos? Le dije sí yo soy. Y quién te dio permiso, y yo nomás como faltaba uno y me gritaron que entre y tuve que entrar. Agarrá la sal y arrodillate detrás de la puerta, me dijo mi papá. Mi mamá me ayudaba para que el castigo no sea tan doloroso. Tenía un hermano mayor, que no dejaba que me toquen. Yo lloraba para que llegue mi hermano. Vos que hacés ahí, me dijo al llegar y al poco tiempo llegó Fleitas Solich junto con dirigentes de Libertad, golpearon en mi casa. Quien es, dijo mi papá. La directiva del club Libertad respondió Fleitas Solich. Y qué quieren, venimos a pedir permiso porque su hijo es menor de edad para llevarlo a Lima con la selección, no es para jugar, sino para ambientarse. No, no, le dijo mi papá. Encima había que subir a un avión y por todo eso no había caso”.
Y luego: “Le conté a mi hermano lo que pasaba y él fue a hablar con Fleitas Solich. Mi hermano tampoco podía contrariar a papá. Entonces, mi hermano puso la condición de que yo entrenara con un preparador físico de la selección acá. Me hicieron análisis y me metí en eso. Nadie ganaba dinero entonces en el fútbol. Solo ciertos jugadores cobraban 1.000 guaraníes, era récord. El resto nada. Y la Liga prometió pagarme ese 1.000 guaraníes para continuar entrenando. Mi hermano aceptó, la selección fue a Lima, salió campeón y yo me quedé acá a entrenar”.