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“Es la forma natural. Durante tres millones de años, nuestros antepasados corrieron descalzos. El cuerpo humano es perfecto, está hecho para funcionar sin ningún accesorio. Los zapatos se introducen, es como un cuerpo extraño, que encierra los pies, y que a veces los lastima y crea problemas”, explicó el galo de 64 años.
Empezó a correr hace una década. Con más de cien maratones, y kilómetros en todos los continentes, sostiene que sus pies no necesitan tratamiento luego de la carrera. “No hay problema. Los que tuvieron problemas fueron los que corrieron con calzados. Muchos de ellos terminaron y no pueden caminar. Yo no tengo nada. Ahora si fuera necesario, estoy listo para correr de nuevo los 42K”, dijo.
Pese al viento que, debido a su vestimenta, lo empujaba atrás, para Diallo las condiciones eran “excelentes”. Señaló que el frío es el que, según su experiencia, crea las condiciones más complicadas. “Los humanos somos una especie tropical. O sea el frío no es para nosotros. Fue un error, por ejemplo, ir a Europa o América del Norte, ahí no podemos sobrevivir sin cambiar el medio ambiente, y sin protegernos cuando hace frío. Cuando hace frío, no se puede correr descalzo”.