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La presencia de roedores en estos últimos días en una de las zonas más visitadas de la capital francesa atrajo incluso la atención de los medios nacionales.
El Museo del Louvre, según el diario Le Parisien, pese a que las operaciones de desratización se multiplicaron no pudieron deshacerse de los animales, en parte debido a los restos de comida que la gente deja en el lugar.