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Autónomo y autopropulsado, Leo fue presentado en Buenos Aires días pasados y se convirtió en el ejemplo más nuevo de cómo los aeropuertos y líneas aéreas de todo el mundo pueden usar la robótica para gestionar el equipaje de los pasajeros.
Este particular mayordomo de aeropuerto no tiene forma humanoide pero sí muchas de las capacidades que hoy desempeñan seres humanos: puede registrar a un pasajero, imprimir las etiquetas de equipaje y transportar dos maletas.