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El presidente Richard Nixon (1969-1974), en su deseo de marcar la diferencia con la extinta Unión Soviética, en plena Guerra Fría, pidió a la NASA fragmentos de rocas lunares recogidas por la misión Apolo. Fue así que los 50 estados de EE.UU. y unos 135 países recibieron como obsequio piedras de nuestro satélite natural, que datan de hace casi 4.000 millones de años.
Paraguay recibió el regalo durante la dictadura de Alfredo Stroessner (1954- 1989) y permanecía en el edificio del Ministerio de Defensa, en un apartado del Museo de Historia Militar, donde el público no tiene acceso.
La semana pasada fue exhibida durante la muestra por los 45 años de la llegada del hombre a la Luna, evento que se realizó juntamente con la Embajada de Estados Unidos y el Centro Astronómico Bicentenario (CAB).
“La roca se tenía bien resguardada por los funcionarios del Ministerio de Defensa. Cuando se vino el golpe de 1989 yo pensé que esto se había perdido, así que me puse a buscar en varias partes dónde estaba la placa de la bandera con la roca, hasta que alguien me dijo que podría estar en el edificio de Defensa Nacional”, comentó Blas Servín, del CAB.
Servín resaltó que la placa se exponía sobre la calle Palma, específicamente en el Ministerio de Hacienda, y que después pasó a manos de los militares.
Resaltó que la roca lunar es una joya no solo científica, sino también social, por la relevancia que tuvo la misión Apolo. Aseguró que a partir de ahora la placa tendrá un mejor sistema de seguridad.
Desapariciones
A excepción de la misión Apolo 13, todas las demás trajeron a la Tierra restos de material de nuestro satélite. Por la cantidad de muestra se pudo hasta obsequiar a distintos países, además de servir como objeto de estudio.
A diferencia de Paraguay. otros países no pudieron conservar el obsequio de Estados Unidos. Es el caso de Libia, que bajo la dictadura de Muamar el Gadafi extravió las rocas regaladas por Washington.
Lo mismo pasó con Rumania, que no pudo localizar los restos lunares regalados, luego del derrocamiento de la dictadura de Nicolae Ceaucescu (1974-1989). España también perdió su roca lunar, que fue otorgada por la NASA durante la era franquista. En ninguno de estos casos se pudo saber dónde se encuentran los fragmentos lunares.
El caso emblemático lo tiene Honduras, que tras el robo de su roca, se pudo localizar años después. Se intentó vender en el mercado negro, a un precio que oscilaba los 5 millones de dólares. La NASA cree que de las 270 rocas obsequiadas al menos 180 están desaparecidas.