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Los expertos del laboratorio de Máquinas Creativas de la Facultad de Ingeniería de Columbia, dirigido por Hod Lipson, han resuelto así uno de los grandes obstáculos en la creación de robots suaves cuyas acciones puedan emular los actos y movimientos de sistema biológicos naturales.
Este tejido, que cuenta con una habilidad expansiva intrínseca –no depende de un mecanismo externo–, es tres veces más fuerte que el músculo humano, tiene una gran capacidad de estiramiento y resistencia y es suave al tacto, señalan los expertos. El material, que se puede imprimir en tres dimensiones con la forma deseada, fue elaborado por Aslan Miriyev con una goma de silicona con etanol distribuido a través de microburbujas. Según los investigadores, es fácil de fabricar, barato y está elaborado con materiales seguros para el medio ambiente.