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Con su núcleo electrónico protegido por una coraza de titanio de 172 kilos, Juno consiguió, varias horas después, la inserción en órbita –el momento más difícil de la misión–, para poder dar la vuelta al gigante gaseoso, el planeta más grande de nuestro sistema solar, 37 veces en 20 meses, a unos 5000 km de la superficie. Júpiter es «el entorno más peligroso y hostil del sistema solar, aparte del Sol», dijo Rick Nybakken, el director de ingeniería de la misión, en declaraciones recogidas por Spaceflightnow.com. «Vamos directo a su corazón». Juno estudiará la estructura de Júpiter en profundidad para tratar de conocer sus procesos de formación y de evolución y, con ellos, los de nuestro sistema solar y los de otros sistemas planetarios formados en torno a otras estrellas. La misión –que forma parte del programa de exploración del sistema solar New Frontiers, de la Nasa– está conducida, desde el Laboratorio de Propulsión a Chorro –Jet Propulsion Laboratory (JPL)– de Pasadena, California, por un equipo de científicos dirigido por el doctor Scott Bolton, del Instituto de Investigación del Suroeste –el Southwest Research Institute (SwRI)–, en San Antonio, Texas. La sonda espacial Juno –construida por Lockheed Martin Space Systems, de Denver, Colorado– explorará lo que hay bajo la superficie de Júpiter, medirá el amoniaco y el agua de su atmósfera, analizará sus cinturones de radiación, investigará su campo magnético, observará y registrará sus auroras; la recolección de datos empieza oficialmente en octubre próximo y será un enorme paso para empezar a entender el origen de los planetas gigantes y su papel en el sistema solar. La sonda espacial Juno debe su nombre a la esposa de Júpiter, par romano del Zeus griego; como él, este planeta desata su ferocidad titánica en violentos fenómenos meteorológicos y tormentas colosales. Júpiter no es solo el más grande de los planetas de nuestro sistema solar: es el que tiene la radiación más fuerte, el campo magnético más poderoso, la rotación más rápida. Júpiter es un descomunal y peligroso mundo helado en cuyo océano subterráneo algunos consideran posible encontrar vida, y que bajo el espesor de sus nubes monstruosas creemos que guarda las respuestas a muchos de los enigmas sobre el origen del universo. De Juno, que lleva el nombre de la diosa romana que –como Hera, su par griega– era la única capaz de llegar a la intimidad del señor del Olimpo, se espera que descubra los secretos de Júpiter, y que los revele a los hombres. Sigue esta aventura histórica en: https://www.missionjuno.swri.edu/
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