Farmacopea: un acercamiento científico a la naturaleza

Desde el siglo XVI la voz de origen griego “farmacopea” designa recopilaciones del arte de hacer fármacos. Cabe decir que, como modelo de acercamiento científico a la naturaleza, es ese antiguo arte el que ha guiado a los jóvenes estudiantes que, para exponer el resultado de sus investigaciones, y como un aporte a la educación paraguaya que puede desarrollarse en otras instituciones, presentaron en mayo una feria de herbarios medicinales y productos farmacéuticos artesanales. Se trata de los alumnos del 1er año del bachillerato técnico en salud del colegio Nihon Gakko, dirigidos por el profesor Rubén Zacarías.

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Químico farmacéutico formado en la Universidad Nacional de Asunción, el profesor Rubén Zacarías –que con otros docentes e investigadores conformó la Comisión Nacional de Ferias de Ciencias del Ministerio de Educación y Cultura a fin de promover la investigación entre los estudiantes– es, al cabo de más de tres décadas de enseñanza y unas doscientas ferias de ciencia nacionales e internacionales por él organizadas, uno de los principales impulsores de la educación científica en la primaria y la secundaria.

En su investigación los alumnos descubrieron, además de las propiedades medicinales de ciertas plantas, la posibilidad de ayudar con ello a las personas que no cuentan con recursos económicos suficientes para adquirir medicamentos elaborados químicamente, y asumieron el compromiso de expandir los conocimientos adquiridos en sus respectivos barrios y sobre todo entre las personas de escasos recursos. Recurriendo tanto a búsquedas empíricas como a fuentes bibliográficas, elaboraron también un herbario con el nombre común de cada planta y su nombre científico, composición química, características, propiedades, principios activos y usos medicinales.

Entre las plantas investigadas están el kokû (Allophylus edulis), depurativo hepático y hepatoprotector que mejora la insuficiencia de secreción biliar; el árbol de ambay (Cecropia adenopus), cuyas hojas y corteza tienen propiedades expectorantes y espasmolíticas; y el yaguarandí o yaborandí (Pilocarpus pennatifolius), de efectos diuréticos, diaforéticos y febrífugos.

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