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El invento consiste en una estructura que funciona como los huesos de las piernas y en motores eléctricos que operan como los músculos y pueden mover el aparato. Las muletas, que sirven para mantener la estabilidad del usuario, contienen botones que permiten a la persona parapléjica ordenar al exoesqueleto qué quiere hacer: subir escaleras, andar rápido, lento, sentarse o levantarse o parar, por ejemplo.
La principal ventaja de “Twiice” es que es liviano: pesa solo 14 kilogramos y su batería dura unas tres horas.
Twiice fue desarrollado por un equipo del Laboratorio de Sistemas Robóticos (LSRO) de la EPFL (Instituto Federal Suizo de Tecnología de Lausanne) en conjunto con la firma Fischer Connectors. Y a diferencia de otros prototipos creados por equipos de investigación en el mundo, este se destaca por ser liviano, modular y personalizable.
Además, este exoesqueleto está diseñado para manejar diferentes patologías, morfologías y experiencias de usuario. Todo el diseño técnico se desarrolló con un énfasis especial en la simplicidad, lo que confiere robustez, fiabilidad y ligereza al dispositivo.
Es por eso que sus creadores destacan que Twiice fue pensado fundamentalmente en brindar a sus usuarios la posibilidad de recuperar la independencia en actividades cotidianas: sentarse y estar de pie, caminar sobre diferentes superficies, subir escaleras o simplemente interactuar con otros. La idea es tratar de devolver a los usuarios parte de las sensaciones asociadas con caminar y estar de pie.