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Carlos Alcibiades Giménez Díaz (43) es médico veterinario egresado de la Universidad Católica filial Coronel Oviedo y llegó a ser miembro de la Asociación Europea de Transferencias de Embriones.
Tiene un doctorado en biotecnología en Italia, fue becado a Japón por la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA) para visitar estaciones experimentales de transferencia de embrión en bovinos e inseminación artificial.
“En Paraguay trabajamos mucho en el campo, de ahí que tenemos una buena formación basada en la experiencia en cuanto a exploración ginecológica. Nuestra profesionalización se sustenta en un aprendizaje empírico, mientras en otros países los estudios se realizan con asistencia tecnológica. Un veterinario paraguayo logra realizar inseminaciones palpando la estructura ovárica. Esto se valora muchísimo en el exterior”, precisó en visita a ABC Color.
Destacó que en las estancias particulares del Chaco, por ejemplo, los veterinarios realizan 100 a 150 inseminaciones por día, mientras que en otros países el promedio es muy bajo porque se realiza muy metódicamente.
Con base en esta experiencia Giménez Díaz fue invitado por la Universidad de Ataturk, Turquía, para enseñar a un grupo de técnicos en la Facultad de Agricultura, departamento de Zootecnia.
De allí fue becado a Canadá, a fin de especializarse en pequeños rumiantes para transferencia de embriones en ovejas e inseminación artificial vía laparoscopia.
Cuando regresó a Turquía le dieron una cátedra más específica en Inseminación Artificial y Transmisión de embriones en ovejas.
Luego pasó a Italia, Francia y Grecia, que son los países de Europa donde tienen más desarrollada la producción de pequeños rumiantes.
Desde hace dos años se encuentra nuevamente en Paraguay, donde busca impulsar la producción de pequeños rumiantes con base en la biotecnología en el departamento de San Pedro.
“Es muy difícil trabajar aquí en mi especialidad. Estamos muy atrasados en biotecnología, más todavía tratándose del rubro de ovejas falta muchísimo por hacer. Tengo amigos que están trayendo técnicos de Sudáfrica para hacer el trabajo”, comentó.
Mejoramiento genético
El profesional aseguró que está aplicando sus conocimientos en una pequeña finca, pero la intención es proyectarse en el mejoramiento genético y aplicar la tecnología de la inseminación artificial en las ovejas.
En Paraguay –precisó– la gente ve poco rentable la inversión en el área y hay que tener un lote suficiente de animales para que sea rentable y con acceso al mercado.
Para el veterinario, vendiendo en pequeñas cantidades no resulta exitoso pero sí debe haber cantidad para satisfacer una gran demanda, que podrían ser los musulmanes mismos para Paraguay. “Si vamos a vender genética es un buen negocio. Ahora creo que tenemos mercado y Argentina y Uruguay están exportando. Tenemos mucho más ventajas que estos países, aunque la gran limitación para la exportación a Medio Oriente es el transporte”, indicó.
Explicó que en Oriente Medio importan ovejas de Australia y Nueva Zelanda, que es la misma distancia desde nuestra región, pero lo hacen en barcos que transportan hasta 7.000 ovejas. Una opción sería ir pensando en el transporte aéreo al igual que los vacunos.
Nutrición
Destacó el potencial de los pequeños rumiantes con el apoyo de la biotecnología, pues los alimentos preparados a base de carne de oveja y leche de oveja y sus derivados son bastante nutritivos. La grasa contiene omega 6.
Giménez Díaz comentó que el Departamento de Investigación y Producción Animal pasó ahora a ser el Instituto Paraguayo de Tecnología Agropecuaria, dependiente del MAG, desde donde hay que dar mayor asistencia a los pequeños productores y campesinos que quieran incursionar en el rubro de ganado ovino que, incluso, se puede consorciar con la producción bovina.
“Hay asistencia casi nula en el sector de pequeños rumiantes, pero es un rubro muy interesante para la gente de escasos recursos, porque puede ser un buen negocio si se desarrolla bien”, concluyó.