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El libro proporciona una visión general de los ecosistemas del fondo del mar y explica que un bosque animal lo forman las comunidades que residen en el fondo del mar (bentónicas) dominadas por corales, gorgonias, esponjas o bivalvos, que crean estructuras complejas que sirven a su vez de hogar a muchas otras especies.
Los científicos pertenecen al Centro Nacional de la Investigación Científica (CNRS) francés y a los españoles Instituto de Oceanografía (IEO) y el de Ciencia y Tecnología Ambientales (ICTA-UAB), de la Universidad de Barcelona (UB).
Los autores denuncian que en los últimos años el hombre está provocando cambios drásticos y acelerados en los ecosistemas marinos, alterando su capacidad natural para absorber los crecientes niveles de CO2 de la atmósfera.
Los investigadores denuncian que la actividad humana está provocando una dramática pérdida de biomasa y biodiversidad y daña su capacidad de recuperación.
Según los biólogos, estos bosques animales no solo proporcionan servicios ecosistémicos como alimento, protección y viveros para la fauna marina, sino que son fundamentales en los ciclos hidrodinámicos y biogeoquímicos de los fondos marinos, actuando como sumideros de carbono emitido por el hombre a la atmósfera. El libro resalta que los bosques de animales marinos proporcionan servicios como la pesca, la recolección de corales preciosos y especies para uso farmacéutico y médico, materiales para la construcción o servicios al turismo. Los científicos resaltan finalmente que las prácticas de pesca excesiva, contaminación, explotación petrolera y urbanización del litoral se suman a los efectos del cambio climático como el calentamiento global, incremento de los niveles del mar, el aumento de la frecuencia y virulencia de los huracanes.