Afianzar investigación antes que los rankings, pide catedrático de la UNA

Para el filósofo e investigador de la UNA, José Manuel Silvero, más que rankings hay que priorizar políticas públicas de fortalecimiento de la investigación y de la infraestructura científica. El pensador insiste en apoyar con más fuerza los programas de becas de maestrías y doctorados, pero que un docente no puede investigar con “US$ 4 la hora cátedra”.

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El Dr. Silvero es docente-investigador de la Universidad Nacional de Asunción, filósofo y autor de varios trabajos de filosofía, bioética, antropología y educación, principalmente.

Para el pensador, un país es “mal-educado” cuando produce comida para millones de personas y permite a sus niños morir por subnutrición.

–¿Es importante que la UNA figure en los rankings internacionales?

–Hoy día, la visibilidad y el posicionamiento académico, investigativo, científico son puntales fundamentales, pues la dinámica de la globalización demanda calidad, competitividad y muy especialmente, exige tratar de forma muy delicada el tema de la “percepción”.

La importancia concedida a la evaluación ha ido en aumento desde que el Instituto de Educación Superior de la Universidad Jiao Tong, de Shanghái, lanzara en el año 2003 el Academic Ranking of World Universities (ARWU).

Aunque convivan varios rankings, al parecer el QS World University ha logrado un reconocimiento notable a nivel mundial.

–¿Qué opina con respecto al puesto 101° que le dio QS a la UNA?

–No hay que olvidar que la evaluación no es un fin en sí misma. Todas las instituciones tienen fortalezas y debilidades. Si bien una evaluación puede ayudar a identificar imponderables y así reorientar esfuerzos, QS no debe imponer su ley como si de una política pública se tratase.

–¿Pero mejoró la casa de estudios?

–La UNA ha mejorado notablemente en publicación científica y desempeño docente. No así en cantidad de ingresantes y muy especialmente, en lo que respecta a la “percepción”.

El posicionamiento de la UNA debe ser en función a su pertinencia con los grandes temas que el país demanda. Pertinencia quiere decir encuadre.

–¿Por qué no hay rankings nacionales de universidades?

–Más que rankings y “etiquetas” lo que se debe afianzar y consolidar son políticas públicas tendientes a fortalecer la investigación, la infraestructuras –tanto para habilitar aulas como para equipar laboratorios–. Así también, todo lo relacionado a becas estudiantiles, movilidad y las ayudas para cursar maestrías y doctorados deben ser prioridad.

–¿Y la formación de docentes?

–Por otro lado, no debemos olvidar que en muchas universidades, los docentes no tienen despacho, mucho menos un plus por publicar.

¿Qué revolución les podemos exigir a docentes que reciben como paga 4 dólares por hora cátedra, sin aguinaldo y vacaciones? ¿Cómo vamos a lograr robustecer la Educación Superior a nivel país con estas “indignidades” a cuestas?

–¿Cuesta mucho hacer ciencia en la UNA?

–La experiencia del Programa de Jóvenes Investigadores de la UNA demuestra a las claras que se puede afianzar iniciativas y hacer que sean sustentables.

Asimismo, la apuesta por los 60 investigadores de Tiempo Completo de Dedicación Exclusiva ha sido de vital importancia para que muchos proyectos de investigación estén encaminados. Basta con mirar la presencia de la UNA en el conjunto de los proyectos adjudicados por el Conacyt.

–¿Hay aspectos que debe mejorar?

–Por supuesto, como cualquier otra universidad del mundo. Una de las cuestiones que las autoridades del Congreso Nacional deben tener en cuenta es la necesidad de dotar a la UNA de más recursos para contar con más rubros de Docentes Investigadores de Tiempo Completo.

Además, es deseable que el presupuesto ya no sufra los acostumbrados recortes.

–¿La educación debe tener un nuevo horizonte?

–También es hora de trazar una filosofía de la educación, una que defina y acote las posibilidades desde un nuevo paradigma para así ensamblar las necesidades sociales con las potencialidades de la academia.

Yo no creo que el único horizonte que nos deba guiar sea la lógica del mercado; la gente y sus necesidades también son motivo válido para hacer investigación.

–¿Cuál es su visión con respecto a las universidades que no producen conocimiento?

–Se está iniciando un proceso donde la docencia y la investigación se van tornando vitales. El pensamiento crítico va a ir ganando terreno y las universidades e institutos superiores necesariamente irán cambiando de estrategia en función a un nuevo paradigma que demandará responsabilidad y pertinencia.

–¿Deben cerrarse las universidades de garaje o cumplen una función?

–No creo que se cierren universidades, se abrirán muchas más. De lo contrario, ¿dónde irán los miles y miles de jóvenes deseosos de estudiar?

–¿Qué le pasará al Paraguay si no apuesta por más educación y cultura? ¿Se atrasará más con respecto a otros países?

–Más que atrasarse con respecto a otros, el país seguiría careciendo de un pacto a favor de una “horma política” de valores y principios renovados. Un país que produce comida “maravillosamente” para 60 millones pero que “permite” morir a sus niños de subnutrición es un país “mal-educado” y extremadamente injusto.

–¿Qué se debe hacer al respecto?

–En la medida que nos arriesguemos por más educación, investigación, construcción de laboratorios, rubros para investigadores, formación de Máster y PhD, revistas indexadas, etc., deberíamos también ir afianzándonos hacia una revitalización de nuestra fórmula constitucional; Estado Social de Derecho.

–¿Por qué?

–Es una fórmula que no es únicamente concepto vacío, sino compromiso y dignidad. Y si no es así ¿para qué querríamos tanta investigación, rankings y reconocimientos?

Muy lejos en la lista

La QS World University Rankings posicionó recientemente a la UNA en el puesto 101° en el ranking de universidades de América Latina. Esto generó distintas reacciones. Oficialmente, el rector de la casa de estudios, Froilán Peralta, culpó directamente del desplome a la percepción que se tiene de la UNA. La institución no figura en otros rankings internacionales, como el de la ARWU, que exige como parámetro tener a Premios Nobel como alumnos o profesores.

Los Premios Nacionales de Ciencias, Benjamín Barán y Antonio Cubilla, coincidieron en que la UNA debe mutar a una universidad de investigación con más recursos económicos para la ciencia.

equintana@abc.com.py

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