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El violinista se lució a la hora de participar como solista junto a la OSN en la interpretación de la Introducción y Rondó caprichoso en La Menor, Op. 28, de Camille Saint-Saëns. El músico demostró estar a la altura de una obra que exige al violín principal una gran destreza y técnica, que Omar cumplió, además transmitiendo carácter y pasión.
Con agilidad y gracia cumplió los solos que requerían rapidez en el paso de las notas. Silbidos de aprobación y largos aplausos fueron los regalos del público para el paraguayo, como también para orquesta y director.
Melancólica como también graciosa sonó luego la Sinfonía Nº 5 en Mi Menor, de Tchaikovsky, donde la OSN pudo demostrar todo su potencial. Esta obra, dividida en cuatro movimientos, encierra sentimientos del autor, entre los que se siente y distingue el dolor, ya que las notas menores aportan al dramatismo. No obstante hay pasajes donde cambia el semblante, transmitiendo matices vivaces y alegres.
El repertorio se completó con la Obertura del Festival Académico, de Johannes Brahms.
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