Villarrica está de luto con la partida de uno de sus músicos más queridos

VILLARRICA (Juan Carlos Decoud, corresponsal). En una emotiva ceremonia de más de tres horas de duración, los restos del músico guaireño Miguel Gómez fueron acompañados ayer desde la catedral hasta el cementerio Noreste de esta ciudad.

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Con 70 años de edad, el director del grupo Los Gómez conoció éxitos y reconocimientos.En sus últimos años, Miguel dedicó todo su talento a actividades religiosas que acompañaba con su talento musical. Dirigió diversos coros litúrgicos y compuso una misa en Guaraní conjuntamente con su amigo, monseñor Eulogio Montiel Ramos.   

Serenatas, flores, discursos y reencuentro entre antiguos amigos y colegas músicos rodeó al sepelio de Miguel Gómez. Las anécdotas protagonizadas por el músico, nacido y crecido  a una cuadra del Ycua Pytá de Villarrica, se sucedieron durante todas las jornadas de despedida.   

La misa de cuerpo presente comenzó ayer a las 09:00, en la  Catedral de Villarrica, donde durante los últimos años Gómez participó como integrante del coro. Cuatro sacerdotes concelebraron la liturgia animada por una conjunción de varios coros parroquiales a los que se sumaron grandes celebridades de la música nacional.   

Desde ese templo, una numerosa caravana acompañó al féretro hasta el cementerio Noreste, ubicado en el barrio San Miguel de la ciudad. Los restos de Miguel fueron inhumados en un panteón familiar donde reposan los cuerpos de su padre Agustín, su madre Gorgonia y sus hermanos Ismael "Maelo", Alejandro y César "Show- man".   

Monseñor Eulogio Montiel Ramos presidió una oración durante el velorio. El cura recordó que Miguel Gómez musicalizó la misa en guaraní que se canta en las celebraciones solemnes de la diócesis de Villarrica del Espíritu Santo.   

Autor de más de quinientas canciones, artífice del éxito sin precedentes que significó "Gracias su Santidad", tema dedicado a la visita papal de 1988 y creador de un estilo musical único, Miguel Gómez se despidió después de más de un mes de agonía.   

De esta manera, Villarrica llora la partida del autor de grandes éxitos como el mencionado "Gracias su santidad", "Una tarde de sol", "La alegría de vivir", "La familia", "Qué lindo es cantar", entre otros.   

Miguel Gómez  mencionó alguna vez que durante su carrera compuso cerca de 500 canciones. Esa cantidad es la que recordaba con vaguedad, ya que varias otras creaciones terminaron olvidadas por él mismo.   

Miguel encontró su clímax musical en el grupo Los Gómez, pero varios antecedentes son recordados por sus contemporáneos. Las crónicas mencionan al trío los Bemoles, formado en 1954 con Rigoberto Arévalo y Rolando Cristaldo. Mario Agustín Llanes y el virtuoso arpista Lupo Encina también lo tuvieron como compañero de grupo en Los Mensajeros del Paraguay.   

Luego, Los Fabulosos Gómez recibieron las ovaciones del Público de Disney World, del Caesar’s Palace de Las Vegas, del Radio City Music Hall de Nueva York, del Yubim Chokin Hall de Tokio y de otros escenarios con prestigio mundial.   

En 1986 el Festival de la Raza de su Villarrica les otorgó su merecido homenaje y, como anuncio profético, en esa ocasión Miguel expresó "Jajúma japyta"; y los Gómez retornaron como en una vuelta mística a los orígenes; tan mística, que en 1988 el mismo papa Juan Pablo II agradeció la bienvenida brindada por el Coro Papal guaireño y consagró la creación "Gracias su Santidad" como cortina de Radio Vaticano.   

Los últimos años de Miguel, con acentuado contenido espiritual, lo conocieron como director del coro de la iglesia catedral de Villarrica, experiencia eternizada con la canción "Las Campanas de mi Catedral".   

Otras canciones suyas son "Amor Pasional" y "Un canto solidario".
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