Vida y obra de Teresa Lamas en el libro que se lanza hoy

La Colección Gente que hizo Historia presenta hoy su anteúltimo volumen, “Teresa Lamas Carísimo”, el libro de Ricardo Caballero Aquino que rescata la memoria de esta gran escritora y, sobre todo, extraordinaria mujer, que marcó una etapa de la vida nacional.

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En esta segunda parte de la entrevista mantenida con él, Caballero Aquino, diplomático, periodista e historiador, habla sobre su obra y, esencialmente, sobre la obra de Teresa Lamas.

–¿Cómo se fue gestando la obra literaria de Teresa Lamas Carísimo?

–Se inició en la pasión de recopilar historias de la Guerra del 70; de lo que les pasó a su madre y tías, de la casualidad por la que sus dos abuelos murieran en el mismo combate de Estero Bellaco el 2 de mayo de 1866, a sus 24 años de edad ambos.

–Y se desliza la historia…

–Nos cuenta sobre sus abuelos, cómo se alistaron y se capacitaron para la lucha en la plaza San Francisco, hoy Plaza Uruguaya, ante sus parientes. Eran miembros de las clases más pudientes quienes conformaron el Batallón 40 al mando de José E. Díaz.

–¿Un ejército de ricos, de la gente linda?

–Así es, y luego de escasas semanas de preparación partieron para el frente y recibieron una misión suicida, pelear en el frío de mayo en el Estero Bellaco y en Tuyutí, donde murieron casi todos esos jóvenes. Alguien dijo: “el 24 de mayo desapareció la raza blanca en el Paraguay”. Para más, López les ordenó combatir descalzos.

–¿Descalzos?

–Exacto, justo la gente que podía solventarse botas, tuvo que dejarlas en el campamento. Solano no tenía por qué explicar sus decisiones, pero uno creería que la efectividad del soldado disminuye si unas simples espinas le impiden correr estando armado.

–La autora partió de una hipótesis provocativa, dice usted: la clase alta también construyó este país.

–Y nunca tuvo déficit de patriotismo y dedicación a la nación. La clase alta asuncena se jacta de ser la más aristocrática del Río de la Plata pues ya era una élite política cuando Buenos Aires y Montevideo eran simples praderas deshabitadas a merced de indígenas.

–¿Y quiénes fueron de esa clase alta?

–Eran las familias asuncenas que llevaban su abolengo hasta el mismo Irala y sus hijas, las cuales fueron dadas en matrimonio a ambiciosos conquistadores. De ahí salieron Hernandarias, Alonso Riquelme y otros. Eran los ejes de la sociedad, los fijosdalgo.

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