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Las comedias románticas no son una sorpresa en la filmografía del neozelandés Curtis, que tiene en su haber guiones como el de “Cuatro bodas y un funeral”, “Un lugar llamado Notting Hill” y “El diario de Bridget Jones”; a más de su citada ópera prima como director.
Así que con estos antecedentes, al sentarse en la butaca del cine, uno espera encontrar ese humor característico de sus películas, con chistes sobre personajes de la realidad, y una historia de amor con algunos toques de fantasía.
El “muy anaranjado” Tim, logradamente encarnado por Gleeson, es el protagonista de esta historia, en la que no dudará en poner todo su empeño para conquistar a Mary, interpretada por McAdams.
Parte de este plan de conquista es utilizar el poder de viajar en el tiempo que tienen los hombres de su familia, algo de lo que se entera a los 21 años de manos de su padre. En este sentido, Bill Nighy ofrece una interpretación conmovedora del padre de Tim, bastante alejada de sus desopilantes personajes en los anteriores trabajos de Curtis.
En este caso, la risa es muy bien aportada por la madre del joven, en la piel de Lindsay Duncan; la jovial Kit Kat (Lydia Wilson), y el poco inteligente tío Edmond (Richard Cordery).
Con buen ritmo y un desarrollo que va más allá de la típica historia del chico que conoce a una chica, Curtis llena las expectativas y ofrece una mirada más amplia a lo que es el amor.
malonso@abc.com.py