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En la misma línea que su anterior álbum “Innovando”, Portillo sigue su recorrido por los diversos estilos que puede encarar con el arpa paraguaya, como también la fusión que puede lograr entre nuestra música folklórica y aires modernos. Además, Martín acercó a la gente obras de otros artistas, dentro de este camino, que también están en el disco.
Tras la apertura a cargo del Ensamble de Arpas de Martín Portillo con “Acuarela paraguaya”, llegó el anfitrión con un misterioso “Cauce sereno”.
El primer invitado fue Sixto Corbalán, con quien hizo la frenética y chispeante “Susurros de la noche”. Sixto confirió a este tema una energía especial y Martín su elegancia y fineza. El show siguió con la hermosa “9 de Mayo” con la presencia de Eduardo Salazar.
Seguidamente se sumó la argentina Marta Carrara, quien fue alumna de Martín, para hacer una apasionada “Lucero de mi alma”, en un concierto que transcurría cuidando en todo sentido cada detalle musical.
Portillo siguió con “Tango La libanesa” y “Mar Mediterráneo”, dedicando la noche a su padre Ramón Portillo. Cabe destacar la alegría del arpista en escena, que fluía entre sus músicos Santiago Benítez, Ariel Escurra, Cristhian Portillo y Beto Barrios.
En un intermedio actuó con mucha gracia el Trío Nendive, para dar paso a “Vakapipopo” en un emotivo momento donde Portillo compartió escenario con su hijo Martín. Entre cambio de arpas entregó después “Guarablues”, de Kike Pedersen, y la tierna “Para Ariza”, con el paraguayo Enrique Carrera y la japonesa Ariza Matsuki.
Martín se despidió con “Playa azul”, “Elena Lucía” y “Espléndida”, en una explosión de la felicidad que compartía con el público por apoyar su carrera.