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Rodríguez realizó su licenciatura en música con énfasis en guitarra culta en la Taiwan University of Arts. Durante este proceso se acercó a la música de Roland Dyens e incluso tuvo contacto con algunos de sus alumnos, en conciertos o clases. Fue así que se adentró en este proyecto. “La primera música que toqué fue Fuoco, tercer movimiento de Libra Sonatine, incluida en el disco. Me atrajo por su carácter, su intensidad siendo una obra compleja técnicamente”, expresó el guitarrista.
Rodríguez manifestó que la música de Dyens “es muy actual” y destacó su amor por la música latinoamericana y su acercamiento a varios estilos musicales. “Así que me agrada toda esa fusión y contemporaneidad de su obra”, dijo.
Sobre el impacto de Dyens en la música y sobre todo en la guitarra clásica, contó que este compositor “fue considerado por la revista ‘Guitarist’ de Francia como uno de los 100 mejores guitarristas entre todos los estilos y géneros musicales, y uno de los compositores más grabados en el mundo de la guitarra”. “Sus composiciones y arreglos dan un toque de frescura al repertorio de la guitarra y desafían las posibilidades técnicas y sonoras del instrumento habiendo percusión y otras técnicas extendidas en sus obras”, añadió.
El guitarrista paraguayo señaló que es importante acercar a la gente a compositores como Roland Dyens porque su repertorio es “novedoso comparando con lo que tal vez se espera de la guitarra “clásica”. Toda esa variedad de la cual hablo se describe en el disco, lo experimental, lo próximo al tango, a la música brasileña y al jazz”, detalló.
Gratificante proceso
El músico fue de Ciudad del Este a San Lorenzo para grabar el disco por una semana. A pesar del cansancio, “a medida que escuchábamos el resultado nos sentíamos motivados”, señaló. El trabajo de preproducción fue “minucioso”, aseguró, y lo realizó con Aldo Benegas y Luis Mendoza de BlindOwl Studio.
Además de obras propias de Dyens, el disco incluye un arreglo del compositor sobre “Felicidade”, de Tom Jobim, y otro arreglo de una canción taiwanesa llamada “La luna representa mi corazón”. Esta última, dijo Favio, tiene mucho significado para él “por haber vivido en Taiwán como exbecario y por representar la cultura taiwanesa de la cual siento nostalgias”.
Acerca del hecho de que ahora el disco ya puede ser escuchado por la gente, expresó que para él lo primordial es que los oyentes sientan lo mismo que él al ejecutar los temas: “¡mucha diversión, mucha vida!”. Por otro lado, añadió que le interesa “reflejar, de cierta forma, en qué momento se encuentra la guitarra contemporánea y de demostrar qué nuevas opciones hay en el repertorio”.
Rodríguez reflexionó que realizar este tipo de proyectos “requiere mucho esfuerzo” y en su caso “inversión propia”. Pero en su opinión, pronto habrá más discos de guitarristas clásicos. “Se está formando una generación muy talentosa, eso vemos en muchos conservatorios y facultades de música. A través del trabajo cercano que tengo con el Ensamble Pu Rory, y de ver el trabajo de buenos profesores en varios institutos es que se ve venir un buen futuro para la guitarra paraguaya”, resaltó.
El artista, quien también finalizó su maestría en música en el Birmingham Conservatoire, ya se encuentra involucrado en otros proyectos. “Como solista, tengo ya confirmado conciertos en Taipei y Kaohsiung, Taiwán; posiblemente Manila, Filipinas, para enero del 2019 y viajes por el interior del Paraguay también”. Con el MbarakaTrío, el cual integra, tiene grabaciones pendientes y una gira por Perú también para el año entrante.